El hijo de la Presidente ha frenado todas las investigaciones que se iniciaron sobre la AFA y el Fútbol para Todos. En su cercanía se dice que «el fútbol es el negocio que Máximo quiere para él».
Máximo Kirchner controla a gusto la Comisión de Deportes de Diputados y eso le permitió frenar todas las investigaciones contra Julio Grondona y la AFA, que durante un tiempo fueron parte del Congreso y llegaron a inquietar a Alejandro Bruzaco, el CEO de TyC con pedido de captura de la justicia norteamericana por el escándalo de corrupción de la FIFA.
Hace dos años, la Comisión de Deportes la preside el santacruceño Mauricio Gómez Bull, fiel discípulo del hijo de la presidenta. Obediente, sólo la convoca para tratar proyectos de resolución y frena cualquier investigación sobre la AFA.
El cambio fue parte de un giro que dio Cristina cuando ya no tuvo a Kirchner en la quinta de Olivos y consistió en no molestar a Grondona, por haberse convertido en un rival más del Grupo Clarín, principal enemigo público del Gobierno. Además, Máximo irrumpió como un celoso custodio de la inversión en las transmisiones deportivas.
“Mandamos notas a Gómez Bull pero no logramos que se reúna. Tampoco podemos seguir las denuncias que hicieron ex árbitros sobre la mafia de la AFA”, se lamentó ante LPO Ivana Bianchi, vice de la comisión de Deportes y presidente hasta 2011.
Se refiere al ex árbitro Javier Ruiz, quien detalló brutalmente como se pagaban coimas para arreglar los partidos. “Llevamos sus denuncias a la justicia, pero no pasó nada”, señaló Bianchi.
Mauricio Gómez Bull, uno de los diputados más cercanos a Máximo Kirchner.
Inquieto, en aquellos tiempos Grondona se pegó una vuelta por el Congreso para frenar un proyecto que cambiaba el estatuto de la AFA e incorporaba al Consejo Ejecutivo a clubes del interior que podían discutir su candidatura.
“Fue un momento histórico, porque llegó a reconocer que había barrabravas en el fútbol. Después hicimos varios pedidos de informes, pero jamás fueron respondidos. Ni siquiera después del escándalo de Boca y River nos permitieron hacer algo”, denunció la puntana.
Bianchi fue varias veces contra la AFA. La denunció por permitir que los menores tomaran creatina sin medir sus riegos de salud y logró aprobar un proyecto en Diputados para prohibirlo. El Senado nunca lo trató, otra victoria del lobby grondonista.
El fallecido dirigente no escatimaba en recorrer los pasillos del Congreso cuando se veía acorralado, sobre todo tras el mal momento que le hizo pasar Alberto Balestrini con una comisión por la violencia en el fútbol. La tuvo que disipar Néstor Kirchner y marcó el inicio de su vínculo con Grondona, que si bien nunca dejó de ser tenso derivó en Fútbol para Todos.
Ese tema tampoco llegó al Congreso y menos a la Comisión de Deportes. El miércoles pasado, los representantes opositores de la Auditoría General de la Nación (AGN) exigieron retomar el informe frenado por los directores oficialistas hace un mes, sobre el costo de las transmisiones de fútbol. Y el radical Mario Negri lo pedirá en la sesión de Diputados del 10 de junio. Hoy todos quieren hablar de fútbol.
Otra gestión de Grondona, sin éxito, fue la sesión de los terrenos federales de Ezeiza para construir un complejo y estadio, una de sus últimas ambiciones megalómanas del ex jefe de AFA.
Ajeno a estas historias, Gómez Bull trabajó lejos del Congreso para que nadie más hablara de AFA. Viajó por todo el país supuestamente para debatir una ley del deporte que ni los propios miembros de la comisión conocen.
Y ni siquiera convocó a rendir cuentas al presidente del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard), Mauricio Espínola, quien tiene la obligación de asistir al menos una vez al año. Su tarea fue hacer poco ruido. Y que todo pase.
Fuente: LPO