No es un juego de palabras. ¿No definió Cristina que «ellos» eran el silencio?. Pues bien, lo que hizo la Presidente es confesar que ella es uno de «ellos» (¿nosotros?).
«Ellos son el silencio», dijo Cristina…y no dijo una sola palabra sobre la denuncia del fiscal Pollicita.
«Ellos son el silencio», dijo Cristina...y no dijo una sola palabra sobre las negociaciones secretas que en su nombre hacían algunos personajes con Irán. (Están grabadas…sólo se trataba de señalar si eran sus enviados o lo hacían por su cuenta).
«Ellos son el silencio», dijo Cristina…y no dijo una sola palabra sobre la tragedia de Once.
«Ellos son el silencio», dijo Cristina…y guardó silencio sobre Cromañón.
«Ellos son el silencio», dijo Cristina...y no se permitió un sólo comentario sobre su Vice procesado.
«Ellos son el silencio», dijo Cristina, y no habló sobre la estafa de «Sueños Compartidos».
«Ellos son el silencio», dijo Cristina...y se olvidó comentar dos marchas de ciudadanos que superaron el millón de personas en la calle.
Y seguramente podríamos seguir hasta el infinito pero este es el punto en el que quien escribe debe dejar el resto librado a la memoria del lector.
Lo cierto que Cristina , esa impenitente regadora de palabras, es en realidad la reina del silencio.
Por eso mienten los que dicen que Cristina miente; ella sólo se limita a callar frente a la realidad.
En el País de las Maravillas de esta Alicia caprichosa y enfurruñada, los hechos son cosas que con sólo ignorarlos no existirán.
«Si no están, no existen y como no existen no están. Los desaparecidos son eso, desaparecidos; no están ni vivos ni muertos; están desaparecidos», parece decir con su silencio cuando le preguntan por tantos argentinos que reclaman en las calles.
Una frase chispeante, pero…¿a quién me hace acordar?.
