Mourelle candidato: bailar tango al ritmo del Síndrome de Estocolmo

RedacciónEl díscolo Secretario de Hacienda se despachó en redes sociales anunciando que «va a dar todo» por Mar del Plata.Tras pegarle a todos ahora va por la paz, el amor y..¿los votos?.

«Por que te quiero te aporreo» decía el viejo dicho; «pegame y decime Chuchi» consagraba esa vertiente del amor tanguero, tan fuera de órbita por estos días, en el que la paica arrabalera disfrutaba la brutalidad de su gavión convencida de que aquellos sopapos eran una forma de marcar pertenencia.

En el mundo de la psiquiatría se conoce como Síndrome de Estocolmo aquella empatía que nace entre un secuestrado y su apropiador, cuando el temor del primero termina confundiendo como protección y ayuda toda la violencia que el delincuente aplica sobre su persona, inclusive la pérdida de libertad compulsiva.

Tango y delito convergen entonces en un terreno complicado: el avasallamiento como camino hacia la adhesión.

Hernán Mourelle gusta aparentar ser «Un guapo del 900». Pletórico de ínfulas, de mirada canchera y de soslayo, arrastrando cadenciosamente su regordeta figura como si de los abdominales de Cristiano Ronaldo se tratase, el hombre que llegó a estas tierras para apropiarse de Arroyo y su gobierno terminó por convencerse que su poder va más allá de la lapicera ajena y la inopia de su empleador, dos accidentes que le permiten aparentar un poder que solo le fue prestado por algunos instantes. Y que ni siquiera supo administrar sabiamente…

Pese al repudio generalizado que despierta su gestión y más allá de algunas delicadas denuncias que han jalonado su tiempo en Mar del Plata y que cuestionan su canyengue postura de malevo calavera, se dispone ahora -o al menos eso parece- a salir a la cancha a recolectar los votos que consagren su comunión con la gente.

Al menos eso surge de su última incursión en las redes sociales en las que, a medio camino entre Patricio Peralta Ramos y Alberto Migré, declara su amor y entrega a Mar del Plata, a la sazón su oscuro objeto de deseo:

 

Bienvenido entonces este nuevo hijo dilecto que, como tantos otros  veraneó en la ciudad, pasó en ella sus mejores años y momentos, amó sus calles y lugares y la convirtió en su lugar en el mundo.

Aunque en este caso haya querido destruir a sus empresarios pesqueros, a sus empleados municipales, a quienes invierten en sus teatros, a los medios de prensa, a los docentes de su prestigioso sistema, a los productores rurales…y hasta a los colegios que dependen de su obispado.

Si llegó al paroxismo de pretender gobernar sin el Concejo Deliberante, poniendo en evidencia su desprecio por la representación popular que ahora…¿busca integrar?.

Tal vez sería bueno recordarle aquel video de Guillermo Montenegro -¿seguirán perteneciendo al mismo espacio?- diciendo que San Isidro era también «su lugar en el mundo» para luego aplicar el concepto a estas tierras. Una solución para evitar la superposición sería que en Cambiemos comiencen a sortear los afectos y amores…

Un nuevo candidato parece ver la luz en nuestro ajetreado terruño. Uno más que, como aquel pionero portugués llamado José Coelho de Meyrelles, llega a estas tierras convencido de que su presencia abrirá caminos de progreso y modernidad.

Eso sí…aquel trabajaba y ponía en juego su esfuerzo y capital. No el ajeno…