Fue en un acto en Berazategui. El vice dijo que el histórico deportista «nos mira desde el cielo». Los vecinos le recordaron a los gritos que el genial golfista está vivo
Amado Boudou no pega una. Al berenjenal judicial en el que está metido y el aislamiento político al que lo somete el kirchnerismo, le sumó un increíble papelón durante los días en los que estuvo a cargo del Poder Ejecutivo por el viaje de Cristina.
El vicepresidente encabezó el 20 de septiembre pasado un acto en Berazategui por el Día del Jubilado junto al diputado provincial y ex intendente Juan José Mussi. El acto se hizo en el Centro de Actividades Roberto De Vicenzo, un espacio dedicado a una de las grandes glorias del deporte nacional y figura emblemática de esa localidad, donde vive hace décadas.
Envalentonado por el cálido recibimiento de unos tres mil jubilados que juntó Mussi, Boudou se puso melancólico y quiso homenajear al gran maestro del golf, aunque nadie le avisó que está vivo y goza de buena salud a sus 91 años.
«Imagino a ese adulto mayor de Berazategui, que tiene su nombre este predio, don De Vicenzo hoy debe estar mirando desde el cielo y diciendo ‘la pucha quedó chico’. Así que los Mussi que hagan uno más grande», gritó Boudou.
Desesperados, quienes los escuchaban empezaron a intentar avisarle. «¡Pero si no se murió!», «¡Está vivo! ¡Está vivo», le gritaban los vecinos de Berazategui.
El vice tartamudeó un poco ante el murmullo de la gente, pero se hizo el distraído y siguió con su discurso sobre las nuevas jubiliaciones. El acto tuvo nula repercusión en los medios oficiales.