El presidente de EE UU acepta cooperar con el ruso, que pide una coalición contra los yihadistas comparable a la que derrotó a Hitler
Rusia y China ponen a prueba la doctrina diplomática de Obama
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, reclaman su influencia en Siria. En discursos ante la Asamblea General de la ONU, primero, y después en una reunión de más de una hora y media, Obama y Putin coincidieron este lunes en la necesidad de derrotar a los yihadistas, pero discreparon en el método. El estadounidense cree que el dictador Bachar El Asad debe abandonar el poder. El ruso quiere reforzar a El Asad para vencer al Estado Islámico en una guerra que, en cuatro años, ha dejado más de 200.000 muertos y millones de refugiados.
En la reunión, el primer encuentro extenso entre ambos desde antes de estallar el conflicto en Ucrania en 2014, Obama y Putin acordaron buscar una solución política en Siria. El papel futuro de El Asad es el principal motivo de desacuerdo. «Tenemos diferencias sobre el resultado del proceso», dijo una fuente estadounidense. La fuente dijo que la reunión entre los líderes, que no esconden su antipatía, fue productiva y sirvió para dejar claros los objetivos de cada país.
Putin describió el encuentro como «muy útil y franco». Dijo que Rusia sopesa cómo ayudar a quienes luchan contra el Estado Islámico (EI), pero descartó el despliegue de tropas rusas de combate.
Obama llegó a Nueva York, al cónclave anual de la Asamblea General de la ONU, dispuesto a exhibir sus logros diplomáticos en Cuba e Irán, la eficacia de la llamada doctrina Obama en la resolución de conflictos enquistados durante décadas. Se encontró con un ambiente distinto: una discusión centrada en Oriente Próximo, una región donde la estrategia del presidente de EE UU no ha funcionado, y en un momento en que Putin aprovecha la inhibición de Obama ante la guerra siria para reivindicar su lugar en la mesa.
El activismo militar y diplomático de Rusia en días recientes descoloca a la Administración Obama, paralizada entre la lucha contra los yihadistas del EI y la oposición al régimen de Bachar el Asad, a quien EE UU atribuye la responsabilidad de la guerra.
“Estados Unidos está dispuesto a trabajar con cualquier nación, incluidas Rusia e Irán, para resolver el conflicto”, dijo Obama ante la Asamblea General. “Pero no puede haber, después de tanta sangre y matanzas, un retorno al statu quo previo a la guerra”. El presidente de EE UU dijo que, por realismo, habrá que aceptar compromisos pero también una transición hacia un gobierno en Siria sin El Asad.
En su discurso ante la Asamblea General, Putin elogió la lucha de las fuerzas sirias contra el EI, reprochó a EE UU que haya armado a grupos rebeldes y se presentó como el hacedor de una coalición internacional para reforzar al Gobierno sirio y derrotar a los yihadistas. Esta coalición, que Putin comparó con la que EE UU y la URSS de Stalin lideraron contra Hitler, puede entrar en competición con la coalición que ya lideran los estadounidenses desde hace un año.