La vieja componenda entre empresarios del transporte, sindicalistas y funcionarios vuelve a tomar el centro de la escena. Presiones, amenazas, extorsión, aumento…y todos felices.
“Yo no tengo la obligación como Ejecutivo de determinar yo, como si fuera un monarca, cuánto vale o no vale el boleto”, dijo Arroyo luego de que ayer parte de la oposición solicitara que él determinara el incremento del boleto.
«Si no lo hace, veré qué decisión tomo, por supuesto atendiendo las necesidades de la población porque a la gente no se la puede dejar en la casa, ¿no es cierto?”, completó el jefe comunal, dejando en claro que sea como sea el aumento será otorgado.
Desde el Concejo afirman que no están los votos para acceder y denuncian que el estudio de costos requiere aún de una mayor evaluación. Y le tiran la pelota a Arroyo pidiendo que, como en otras ocasiones, sea él quien firma el aumento aunque lo haga ad referéndum del cuerpo.
A la negativa de la oposición se suma ahora la de sus aliados salvadores, ya que desde el Frente Renovador del siempre dispuesto Fiorini anuncian que votarán en contra. Y los ¿propios? tampoco ayudan mucho: el concejal radical Mario Rodriguez dijo que si la suba se trata en el Concejo antes de que culmine 2016, su voto será negativo. «Siempre dije que no iba a convalidar más de un aumento en el año», indicó, aunque nada dijo del case en que se vote el 1 de enero.
Los empresarios amenazan con suspender personal y además no realizan las incorporaciones de temporada y la UTA anuncia un paro de actividades «en defensa de los trabajadores».
Y todos, absolutamente todos, entendemos que es lo que está pasando y sin esfuerzo comprendemos el trabajo de pinzas de la corporación.
Alguien cambiará de casa, de auto o de esposa en los próximos días. Y usted, por supuesto, pagará el boleto más caro de la provincia…otra vez.
