Otro tiroteo en el barrio San Martín que aparece descontrolado

A horas de los hechos de violencia que obligaron a la suspensión de clases en el Escuela 35, un nuevo enfrentamiento entre bandas se produjo en el barrio San Martín. ¿Y las autoridades?.

El enfrentamiento entre bandas del barrio San Martín sumó un no cesa ni con el refuerzo de presencia policial de las últimas horas y generó hoy un nuevo episodio de violencia: otro tiroteo en cercanías de dos escuelas y un jardín de infantes alarmó a toda la comunidad educativa, que no tuvo otro camino que encerrar a los chicos en las aulas. Al lunes se suspendieron las clases por esta razón en la escuela Nro 35.

Todo ocurrió en horas del mediodía de este martes, poco después de que en un operativo policial detuvieran al presunto autor de los disparos que impactaron en la pierna de un joven de 16 años que los investigadores ubican en el marco de estos enfrentamientos entre bandas.

Los vecinos del barrio y la comunidad educativa se encuentran alarmados e impotentes frente a esta situación. «Todo es hablar, hablar y hablar» dice Osvaldo, padre de uno de los alumnos que asiste a la escuela 47. «Ya no sabemos a quien recurrir y tenemos en claro que la delincuencia ha sobrepasado a la policía y se adueñó del barrio», sostiene.

«¿Tenemos que armarnos nosotros para asegurar la vida de nuestros hijos?», continúa diciendo. «Vivimos entre tiros y mentiras; somos rehenes de los delincuentes y nadie se ocupa de nosotros», concluye.

-El desafío de educar en medio del caos

Rosana Moreno, directora de la Escuela 47 del barrio San Martín, contó en Radio Brisas la dura realidad con la que trabaja todos los días, tanto dentro del colegio en el marco educativo, como de puertas hacia fuera por la violencia y la inseguridad. “Tengo 134 alumnos y muchos de ellos vienen a estudiar bajo circunstancias personales y familiares totalmente adversas. No es justo que los cuestionen afirmando que no tienen nada bueno para dar porque toda su vida gira en torno a la vulneración de sus derechos y así es muy difícil tanto enseñar como aprender”, dijo, y aclaró que “cuando falta el techo, la comida o uno camina esquivando balas, todo es distinto”.

En este marco, Moreno manifestó que “estos chicos sufre todo el tiempo la vulneración de sus derechos y viven en ambientes sociales convulsionados. En esta escuela se aprende mucho pero el contexto en el que aprenden es muy difícil, tanto para los docentes como para los estudiantes. Por ejemplo, el año pasado tuvimos problemas con el comedor y este año estamos hablando de poder caminar por la puerta del colegio sin que a nadie le vuelen la cabeza de un tiro”.