Fueron vanos los esfuerzos de la defensa de Esteban Cuello por lograr atenuantes que disminuyeran una condena inevitable. El Tribunal no atendió razones y aplicó la máxima pena.
Finalmente, los jueces Fabián Riquert, Eduardo Alemano y Juan Sueyro condenaron a Cuello por los delitos de robo, abuso sexual seguido de muerte y robo en concurso real. Además, señalaron en su resolución que «no hay eximentes» y tampoco «atenuantes». En cambio, sí detallaron agravantes como la conducta previa de Cuello, la extensión del daño que provocó, la condición de mujer de la víctima y su condición de tutelado por parte del Estado.
Aquel crimen
El 29 de mayo de 2013 Laura Iglesias (54) adhirió a una medida de fuerza, aunque, en verdad, lo hizo a medias. La pasión por su trabajo en el Patronato de Liberados la llevó a participar de una reunión en Miramar, donde vivía, por temáticas de violencia. Sin embargo al salir a la mañana hacia dicho encuentro su vehículo Renault 9 no cooperó: se quedó encajado en el barro de la calle 7 de Abril y De Pouly, cerca de su casa del barrio Parque Mar. Entonces allí lo dejó y siguió con sus planes.
Después de la reunión, Iglesias se dirigió a la vivienda de una familia a organizar la compra de unas chapas para una refacciones en el hogar de un tutelado. Y de allí se comunicó con un familiar para que le solicitara un remís que le permitiera retornar a su barrio.
Lo investigado por el fiscal Rodolfo Moure en primera instancia y luego por Caro confirma que en horas del mediodía Iglesias llegó a su casa, donde se quedó hasta pasadas las 16. Entonces decidió ir a buscar su automóvil encajado, que estaba en las cercanías.
Para la fiscalía, horas antes, Esteban Fabián Cuello, un ex convicto que vivía a 100 metros de donde estaba el automóvil, se metió en el habitáculo y se apoderó del estéreo musical que tenía colocado. Para robarlo ejerció fuerza sobre el cableado de conexión y allí dejó su ADN, tal como quedaría establecido por medio de las pericias químicas.
A las 16.30, Iglesias llegó hasta el automóvil y no está claro si se cruzó con Cuello o fue a la casa a pedirle ayuda para mover el vehículo, ya que es el inmueble más cercano. De lo que no hay dudas para la fiscalía es que Iglesias caminaba por calle De Pouly entre El Porvenir y De Todos Los Santos cuando fue sorprendida por Cuello.
La autopsia informó que la mujer fue golpeada ferozmente en distintas partes del cuerpo y en especial en la zona del cráneo. Semi desvanecida Iglesias fue conducida hasta unos arbustos ubicados a 20 metros de la calle, sobre una manzana descampada con densa vegetación, donde fue abusada sexualmente por vía anal y vaginal. Luego el autor, que para la fiscalía es Cuello, le sujetó a Iglesias un cordón en la zona del cuello a modo de lazo «atando uno de los extremos al tronco de un arbusto a 25 cm del suelo, causándole la muerte por estrangulamiento». Así lo detalla la causa.
Iglesias falleció a causa del estrangulamiento a lazo por mecanismo mixto, por oclusión vascular y aérea y luxofractura cervical. Es decir que el cordón le fracturó la columna y además le impidió la circulación sanguínea al cerebro.
Antes de huir el asesino se apoderó de un teléfono celular de la víctima.