La Comisión Internacional de Derechos Humanos distinguió a Virginia Sosa, una de los policías acusados de sedición por la huelga de diciembre de 2013.Insólito.
Virginia Sosa es una de los integrantes de la Policía de la Provincia de Buenos Aires acusados de sedición por los hechos de diciembre pasado. Sin embargo la Comisión Internacional de Derechos Humanos acaba de distinguirla junto a otros cuatro compañeros de la fuerza por su lucha en pos del respeto a quienes día a día luchan contra el delito.
¿Pueden existir dos valoraciones tan diferentes?, ¿es lógico que lo que organizaciones como la citada –a la que muchas veces ha reivindicado el oficialismo por su constante reclamo a la Dictadura para que cesara en las violaciones sistemáticas a los derechos humanos que tenía como política de estado- ven en Sosa y sus compañeros como méritos tan valiosos, aquí sean convertidos en presuntos delitos?.
El caso de Virginia Sosa tiene que servir para que de una vez por todas nos pongamos de acuerdo en definir los derechos humanos y consagrarlos como universales y no como sectoriales.
Como se desprende del escrito que firma el Embajador Gabriel Bertonazzi junto con los otros Comisionados de la organización, las autoridades argentinas no aceptan tomar nota de la distinción obligando a que la entrega de la misma se lleve a cabo en el futuro y sin su presencia.
Parece que otra vez la negación a los hechos consumados se convierte en la única estrategia posible para mantener ocultos en el tiempo los errores de una administración que sigue negándose a rectificar aquello que sea menester.
Y por supuesto, salvo excepciones como Libre Expresión, el silencio de los medios sirve para sostener esa vieja convicción de que “lo que no se dice…no existe”.