Un nuevo documental recoge las declaraciones de Norm Stamper, encargado del caso del vocalista de Nirvana, quien afirma que «pudo hacerse pasar por suicidio algo que no lo fue»
Han pasado 21 años desde su muerte, pero Kurt Cobain sigue fascinando. La muerte del líder de Nirvana fue un duro golpe para todos los seguidores de la banda, muchos de los cuales siguen sin creer la versión oficial de que Cobain se suicidó en 1994. Ahora, un nuevo documental sobre la muerte del vocalista, «Soaked in Bleach» reabre el debate gracias a las declaraciones de Norm Stamper, jefe de la Policía de Seattle cuando tuvo lugar el suceso.
«Yo creo que el caso de Cobain merece volver a investigarse», asegura un Stamper ya jubilado, a quien le tocó bregar con la muerte del cantante nada más ser ascendido. Retirado desde el año 2000, asegura que «si fuera jefe hoy, reabriría la investigación». Una jugosa frase que se ha colado en el tráiler de la película y ha acaparado toda la atención. «Es por honor, por ética. Si no lo hicimos bien entonces, deberíamos intentarlo una segunda vez», añade. De hecho, Stamper siembra la duda de si se pasaron algunas pruebas por alto, añadiendo que «pudo hacerse pasar por suicidio algo que no lo fue».
Kurt Cobain fue hallado el 5 de abril de 1994 en su apartamento en Seattle con un disparo en la cabeza. Pero, según señala el documental, en la autopsia se descubrió una gran cantidad de heroína en su cuerpo que podría causar una sobredosis. De nuevo las dudas vuelven a sobrevolar la desaparición de un mito cuya viuda, Courtney Love, aseguró que «Soaked in Bleach» no es un documental autorizado y envió cartas a todos los cines que pensaban estrenar la cinta pidiéndoles que desistieran.