Argentina y China conformaron una «alianza estratégica» que contempla cooperación militar y una base comandada por los asiáticos en la Patagonia.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner no propuso un Acuerdo de Libre Comercio entre China y la Argentina, tal como Chile tiene vigente, sino que habló de «una alianza estratégica», que resulta otro significado, y que refiere a un enfoque geopolítico.
Deberá recordarse que el eje del acuerdo bilateral en progreso son las 200 hectáreas cedidas en Neuquén a China para la instalación de una base de observación espacial (la única que China tiene fuera de su geografía nacional) y que supone la consolidación de una relación muy específica. De acuerdo al canal CNN en Español, la base china que una empresa de Lázaro Báez construye en Bajada del Agrio, estará bajo jurisdicción china.
Luego, desde 2012 que se menciona la compra de equipamiento militar a China.
En enero, en la revista española especializada Defensa, Javier Bonilla escribió:
«La oferta de OPVs (N. de la R.: siglas en inglés de Patrulleros de Alta Mar) de factoría china a la Armada Argentina y la candidatura -entre pocos pre seleccionados- de empresas chinas con socios locales al SisGAAZ brasileño (N. de la R.: Sistema de Gestión de la Amazonía Azul, proyecto estratégico de la Marina de Brasil), tendría apreciables consecuencias en las próximas opciones navales de otros países, como Uruguay. Los amplios y ambiciosos acuerdos de defensa que Argentina (sin recursos ni confiabilidad política para adquirir material occidental) firmará en China en pocos días, incluirán -descartando a las pre seleccionadas OPV-80 de Fassmer (por cuyo diseño adaptado Argentina ya pagó a la chilena Asmar US$3 millones)- a las corbetas Type 056 en su versión de Patrulla Oceánica (OPV), también ofrecidas a Uruguay, país en el cual sus posibilidades aumentan sensiblemente.
La alternativa china, junto con las Fassmer, las Lürssen y las DCNS Gowind, estuvo entre las preseleccionadas por la Armada Nacional Uruguaya para su eventual adquisición, principalmente por la fortaleza de su casco, aunque, como el resto, carece de compartimentos estancos. Los OPVs de origen chino ofertados a las Armadas de Argentina (ya con un contrato en vías de firma) y también a la uruguaya serían básicamente derivados de las corbetas misilisticas Tipo 056, en una serie denominada N y ya en uso en Nigeria. (…)».
Un modelo de corbeta para exportación que producen astilleros de China y es conocido como P18, habría vendido Beijing a Argentina. Un tanto polémico, los buques en servicio se conocerán como ‘clase Malvinas’, cuando lleven el pabelon argentino, afirma Richard D. Fisher, desde Washington DC, para Jane’s Defence Weekly, dando cuenta que, de conformarse, la información provocaría controversias.
La expectativa en USA consistía en que la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner avanzara, durante su visita a China, en la firma de acuerdos para aumentar la cooperación militar bilateral, incluyendo la construcción de nuevos buques de guerra para la Armada Argentina.
La ampliación de la cooperación militar argentino-china ya llevaba 1 año de preparación cuando Cristina descendió en Beijing, tras la firma de un memorando de entendimiento (MoU) el 29/10/2014 en una Comisión Mixta Argentino-China sobre Cooperación en el Campo de Tecnología de Defensa e Industria. Los programas de desarrollo conjuntos se terminaron de definir durante una visita de una delegación comercial de Defensa chino a Ciudad de Buenos Aires a fines de enero, sostuvo Fisher.
Informes argentinos indican que el acuerdo en Beijing podría cubrir la coproducción en Argentina del Norinco VN1, un vehículo blindado para transporte de personal (APC) y la cooperación en la construcción de un nuevo rompehielos, remolcadores navales, hospitales móviles y nuevos buques de guerra para la Armada Argentina.