Después de un año de pérdida constante de su poder, el salario enfrenta un 2015 en el que la carrera contra la inflación lo encuentra ciertamente debilitado.
Presupuestar los aumentos para el año que viene es un desafío, cada vez, mayor. Lápiz en mano, el mercado coincide en que la salida segura de las organizaciones será replicar el incremento de este año.
“Para 2015, las proyecciones son similares al 30 por ciento de este año. Siempre, por debajo de la inflación sobre la que se construyen”, admite Marcela Angeli, directora de Gestión de Talentos y Compensaciones de Towers Watson.
Para Florencia Deverill, Managing director de People & Change de PwC , las firmas se pararán “a partir del 35 por ciento y viendo los convenios”. Lo impredecible de la resolución de los frentes abiertos es lo que más preocupa a las empresas: inflación, devaluación, caída de la actividad económica, salida del default. La dispersión no es amplia en los aumentos.
Esto es: si hay subas promedio del 30 por ciento, no significa que algunas den 50 y otras, 20, sino que todas oscilan entre 27 y 35. “Con el contexto actual, el año que viene todos se esforzarán por dar menos aumentos que la inflación. En la estructura de costos, sobre el único que se tiene injerencia real es sobre el salarial.
Ya no se puede seguir la inflación como antes”, advierte Edgar Medinaceli, director de Russell Reynolds en la Argentina. A tono, para Matías Ghidini, gerente General de Ghidini Rodil, el forecast de porcentaje de aumento de la masa salarial dejó de ser un indicador a mirar.
“Las compañías evalúan la utilidad estimada mínima tolerable y, en función de eso, intentar ver cómo cerrar los ajustes con el menor impacto negativo posible sobre los empleados”, define.
Divide y apaciguarás
Dividir el aumento salarial en dos partes fue, hasta ahora, la estrategia preferida por la mayoría de las empresas. Pero, este año, creció la cantidad de organizaciones que lo dan en tres veces. También, las que prefieren hacerlo en una instancia.
El efecto es distinto. “Dar el aumento en una vez es perder menos con la inflación; pero, en más veces, se tiene la percepción de que se ajusta más seguido, aunque sea menos dinero”, dice resume Valeria Bohórquez, principal de Mercer.
Según Towers Watson, el 56 por ciento de las compañías mantienen la división en dos partes del año, mientras que el 19 por ciento da un aumento; el 15 por ciento, tres; y el 7 por ciento, cuatro veces. En este último grupo, suelen estar las firmas industriales, que buscan equiparar las subas ganadas por los sindicatos, para evitar temblores en la equidad interna.
“Antes, se daba el 65 ó 70 por ciento de lo pautado en el primer ajuste y el resto, en el segundo”, concluye Deverill