Dio la orden de acelerar importantes cambios a partir de marzo. Es por la muere misteriosa de un comisario del caso de los sobres. Habrá purga y la gobernadora quiere que sea inmediata.
Cambios los que se llaman cambios de fondo se iniciarán a partir de marzo. La gobernadora decidió, al regreso de sus vacaciones, llevar las reformas en la policía bonaerense y en el Servicio Penitenciario, a una marcha a fond0.
Hasta aquí hubo un recorte a los nichos ilegales de recaudación de las fuerzas y la obligación de presentar declaraciones juradas a los altos mandos. Ahora, Vidal les dijo a sus ministros de Seguridad y Justicia que va por las cabezas de los corruptos.
El disparador, de definir una pelea sin escalas, es la muerte sospechosa de comisario, Federico Jurado.Era uno de los oficiales que estaban recluidos en la cárcel de Villa Elvira por los sobres de la corrupción.
A la gobernadora, le llega la noticia que no habría sido muerte natural sino asistida por complicidades de sectores de la bonaerense y del servicio Penitenciario. “Le tiraron un muerto a la gobernadora. Esto es la segunda etapa del apriete contra los cambios”, dice una fuente cercana a la mandataria quien recuerda que María Eugenia debe vivir bajo vigilancia permanente.
Llama a inquietud también el crecimiento de secuestros extorsivos e la provincia. Muchos de ellos no se están denunciando y por ahora terminan con pago de rescate. Las víctimas son adolescentes de familias acaudaladas. Se sospecha del accionar de delincuentes entre ellos ex policías que desde los 90 purgaron penas por secuestros extorsivos. Hoy ya están en libertad.
Los anuncios, que se harán en marzo, están atados al resultado de las pericias sobre esta muerte sospechosa que tiene en manos la Gendarmería. La sospecha es que a Jurado lo mataron asfixiándolo con una almohada, la misma que después desapareció de la celda.
Habrá descabezamiento de cúpulas de la Bonaerense y remoción de segundas línea de mando en el Sistema Penitenciario. A otro funcionario que le reforzaron su custodia es a Gustavo Ferrari, quien viene a pasos seguros descubriendo chanchullos en las cárceles.
En tanto, Ritondo sigue depositando confianza en la primer mandataria bonaerense. Lo consideran necesario para esta etapa de turbulencias. Su postura sobre la muerte de Jurado, fue apresurarse a decir que “no hay nada raro”. Parece que los acontecimientos lo desmienten.
Fuente: Expediente Político