La recesión se hace sentir en el consumo de la clase media. Y también en los servicios que suele consumir este sector de la población. La caída en el poder adquisitivo hizo que la gente decidiera recortar gastos superfluos pero que hacen al ocio, como las salidas a restaurantes y bares. En Mar del Plata el problema es especialmente grave.
La menor demanda impactó sensiblemente en la actividad gastronómica, provocando el cierre de al menos un local de comidas por día en la Ciudad.
Así lo confirmó la Unión de Trabajadores Gastronómicos (Uthgra), que lidera el titular de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo. De acuerdo a los números del sindicato, casi 700 restoranes y bares dejaron de funcionar desde enero de 2013 en la Ciudad. Es decir, más de 33 por mes.
«Este año los compañeros reportaron 270 cierres y el año pasado habíamos contado unos 400. Eso destruyó 4.200 puestos de trabajo formales y al menos otros tantos de empleados en negro. Algunas aperturas también hubo, pero fueron menos», señaló al diario Clarín Dante Camaño, de la seccional Capital de Uthgra.
Los datos coinciden con las estimaciones oficiales. Según la Dirección de Estadística y Censos del gobierno porteño, las ventas declaradas en los restoranes cayeron 12% en los primeros tres meses del año, mientras que la merma fue del 4,1% en el segundo trimestre, en comparación a mismos períodos de 2013. Esa reducción menor puede explicarse por el efecto de los aumentos en paritarias, que suavizaron la caída.
La opción por no “salir a comer afuera” por parte de los sectores medios aparece reflejada en una encuesta realizada por la consultora Wonder en la Capital y Gran Buenos Aires. El sondeo, efectuado en junio, arrojó que el 65,4% de las personas consultadas dijo haber recortado gastos en ese rubro, mientras que el 57,6 % hizo lo mismo en espectáculos.
El retroceso en el consumo se dio en simultáneo a la inflación. En los locales de comidas, los aumentos de precios fueron del 19,3% este año, y del 39,8% en los últimos doce meses, de acuerdo a lo registrado por el organismo estadístico porteño.
El mismo fenómeno sucede en todo el país. En Mar del Plata, cerraron sus puertas 20 locales de comidas, entre ellos La Piazzetta y Pietro.
Ya muchas veces la Secretaria General de los Gastronómicos marplatenses Mercedes Morro ha expresado su preocupación por la delicada situación que atraviesa el sector, lo que obliga al gremio a extremar la prudencia al momento de encarar las inspecciones de rutina.
«Si nos ponemos demasiado exigente» dijo la titular de UTHGRA, «corremos el riesgo de estar empujando un nuevo cierre».
«Es una lucha permanente entre la defensa de los derechos del trabajador y la defensa de las fuentes de trabajo» dijo, «y aunque hay muchos vivos que se aprovechan de la situación, somos sabedores de que nuestra obligación es la prudencia»
A veces, la caída de los comensales suele ser mayor al promedio relevado. “Nuestras ventas cayeron 40% en un año. Achicamos costos como pudimos y por ahora la peleamos, pero no sé hasta cuándo”, sostuvo Angel, propietario de un restorán sobre Hipólito Yrigoyen, en la zona de Plaza de Mayo.
El menor poder de compra de la población también se expresó en otro segmento del rubro gastronómico, como las cadenas de comidas rápidas. El retroceso en los fast food fue mayor al de los restaurantes, al alcanzar una baja trimestral del 15,3%, y del 11% en el semestre del año.