Un chico de 12 años fue asesinado mientras «custodiaba» un búnker de drogas en el barrio Ludueña, en la ciudad de Rosario. «Vinieron a matar», dijo un vecino.
Rolando Adrián Mansilla estaba en la terraza de esta casa que era utilizada como quiosco de drogas, cuando el pasado jueves por la noche dos hombres que se movilizaban en una moto, se acercaron al lugar y comenzaron a disparar.
El adolescente, que tenía un colchón, balas calibre 22 y un bidón de nafta, se asomó y recibió un disparo en el ojo izquierdo y otros dos en las piernas. Se intentó defender sin éxito y realizó un tiro que dio en un auto que estaba estacionado en la vereda de la calle Magallenes al 300.
La familia Mansilla es oriunda de Chaco y se mudó a Rosario para buscar un futuro mejor. El padre de Rolando, de 34 años, declaró ante la policía que no tenía idea porqué su hijo se encontraba en ese lugar.
«Nos asomamos a la ventana y vemos cómo dos por tres pasan y tirotean la puerta del búnker. No quisieron robar. Estos vinieron a matar», dijo un vecino al diario rosarino La Capital.
La vivienda había sido soldada y tapeada en todos sus accesos por los propios vecinos para evitar que se continúe con la venta de drogas allí.