Rubén Montero, el arquero-jugador que marcó a «Pelé»

Por: José Luis Ponsico (*) – Lo ví jugar y hace tres años estuve con él … Curiosamente, un tiempo antes de nuestro reencuentro en  parrilla «Jorgito» donde pudimos charlar.

Hace unas horas se conoció el deceso de Rubén Aníbal Montero, recordado arquero de Independiente local, campeón del´61 en la inolvidable final contra General Urquiza. Dos a uno en «Estadio Gral San Martín»

Para el periodista e historiador Armando Fuselli «partido con mayor cantidad de público asistente, torneos locales, desde la inauguración del entrañable <Gral. San Martín< en 1952», en su libro «Cien años de fútbol marplatense»

Allí, Montero que era lateral derecho ingresaba por primera vez en la historia de Independiente y el fútbol local. Ante lesión del titular en el arco, Bujalevsky, el «4» se puso la camiseta del «1» y salió a flote

Tenía 20 años, gran condición física, sin mucha estatura para el arco -apenas 1.76 de alto- compensaba con notable personalidad. «Un tipo valiente», reconocían sus compañeros uno de ellos «Totija» Tornatore, también «kamikaze» de la época.

Independiente dirigido por Roberto Saba, «5» de los de antes, dueño de la mitad de la cancha, tenía un «crack» como Juan Manuel Romay y un gran goleador, Raúl Gutiérrez. También al «Colorado» Horacio Rossi, otro gran delantero

Montero llevado a la selección del «Mazorquero» Romay tuvo otro capítulo en «la historia» del fútbol marplatense. En verano del´67, apogeo del Santos de «Pelé» -con seis jugadores de la selección de Brasil- enfrentaba al combinado local.

«Pelé» mucho después ubicó a Montero, antes a José Varacka River y Daniel Bayo, Gimnasia y Esgrima, éstos en el´62, sin olvidar a José (Pepe) Vázquez, Chacarita, Sudamericano´63
Bolivia, mejores «defensores argentinos en marca personal», dijo «O Rei»

Montero encimándolo, marca «pegajosa» sin pegarle, su gran condición física, durante 50 minutos <anuló< al mejor jugador del mundo de la época. En los <otros treinta< el Santos hizo cuatro goles. Dos «Pelé»

Era mécanico. También mucho tiempo en la <Casa Polverino< firma reconocida en la Ciudad. Ligado a los «fierros» siendo él un hombre de «hierro» en la cancha. Tipo ganador y leal. Tenía 74 años.

Hace tres años el cronista lo identificó en la parrilla del corazón rojo -legendario «Jorgito»- sin avisar fue a la mesa a saludarlo. Hacía 40 años que no se veían. El «duro» se emocionó.

Montero, elegante, de traje, con su esposa e hija, de pié escuchó un repaso a la ligera <la colección< de sus hazañas. Sonrió, extendió su diestra, agradeciendo, alcanzó a decir:

«Te felicito por tu memoria. Y eso que vos tendrías trece o catorce años y ni si quiera estabas en el diario. Te miré un par de veces pero no te sacaba», dijo con la humildad de siempre

Rubén estarás siempre en el corazón de Independiente. Te quisieron todos. Los que marcaron punta, adentro y hasta los
arqueros.

(*) Columnista de la Agencia Télam