Servini de Cubría resolvió la intervención judicial en AFA

La jueza que investiga el manejo de Fútbol Para Todos dispuso una intervención que será encargada al ex juez Alberto Piotti, a la especialista en finanzas y lavado Alicia López y un  perito de la Corte.

«Mirá que yo te mandé a Servini.» Luis Segura, presidente de la AFA, escuchaba a su interlocutor, un poderoso directivo que se jactaba de haber contribuido a que la jueza husmeara en los números y las cuentas de la entidad que maneja el fútbol argentino. Fue en agosto del año pasado, cuando la magistrada resolvió allanar el edificio de la calle Viamonte para rastrear la ruta del dinero del Fútbol para Todos, luego de una denuncia de la legisladora porteña Graciela Ocaña. Nueve meses después, la frase cobra vigencia: en virtud del escándalo que rodea a la FIFA y la Conmebol, la jueza resolvió designar veedores en las oficinas de Tribunales donde se toman todas las decisiones del fútbol argentino.

La investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos desentrañó una supuesta red organizada para cobrar sobornos, evadir impuestos y lavar dinero proveniente de la compra-venta de derechos televisivos. La AFA está involucrada a través de su ex presidente, Julio Humberto Grondona, y de Alejandro Burzaco, el ex CEO y presidente de Torneos, la compañía que sigue siendo la organizadora de los amistosos del seleccionado argentino y que, además, co-organiza la Copa Argentina junto a la firma Santa Mónica.

En rigor, la figura del «veedor judicial» no sería una intervención, ya que la casa del fútbol seguiría funcionando con normalidad. Sólo que tendría puertas adentro a un colaborador de la magistrada que la pondría al tanto de todos los movimientos (sobre todo los financieros) de la entidad que maneja el fútbol argentino. Consultados sobre el tema, funcionarios de la AFA le restaron importancia al impacto de la presencia de un asesor de Servini de Cubría en las oficinas de la calle Viamonte.

Apenas estalló el escándalo del FIFAgate, la legisladora Graciela Ocaña le pidió que instalara la figura del veedor judicial en la sede de la AFA de la calle Viamonte. El reclamo se sustentaba en «resguardar la adecuada aplicación y administración de los fondos públicos que recibe la institución en el marco del programa Fútbol para Todos dependiente de la Jefatura de Ministros del Poder Ejecutivo Nacional». En el escrito, la legisladora de Confianza Pública solicitaba «resguardar cualquier información, documentación sensible vinculada a los torneos ‘Copa América 2011’, ‘Copa América 2015’, ‘Copa América del Centenario 2016’, como también la documentación vinculada a comercialización y organización de los mencionados torneos».

La jueza María Servini de Cubría regresó de viaje a principios de semana y se encontró con una agenda apretada, entre el cierre de las listas de las PASO (tiene competencia electoral hace más de dos décadas) y la investigación sobre el destino del dinero del Fútbol para Todos, que salpica a tres jefes de Gabinete: Aníbal Fernández, Juan Manuel Abal Medina y Jorge Capitanich. «Lo está analizando», fue la respuesta de allegados a la jueza ante la consulta sobre su decisión final.

Lo que sí parece descartado es la intervención lisa y llana de la AFA. Aunque desde el juzgado habrían sondeado la posibilidad, es la Inspección General de Justicia (IGJ) la encargada de tomar semejante determinación. «La AFA tiene todos sus papeles y balances en orden. ¿En qué se van a basar para intervenirla?», se preguntaron ayer desde la calle Viamonte. Una intromisión directa del Estado (a través de la IGJ) hubiera provocado un efecto colateral indeseado: la suspensión inmediata del seleccionado argentino de toda competencia internacional, tal como lo establece el estatuto de la FIFA.

La posibilidad de que se incorpore un veedor judicial y el fantasma de la intervención estatal (del mismo Estado que paga $ 1440 millones para que los partidos de fútbol se transmitan por la TV Pública) instalado por el secretario de Seguridad, Sergio Berni, revelan hasta qué punto la AFA ha perdido autonomía. Por más que los dirigentes del fútbol argentino redacten petitorios y llamen a la unidad, la imagen de quienes gobiernan la pelota empeora mes a mes. «En el Gobierno están que trinan», reveló una fuente que recorre los pasillos de la calle Viamonte y de la Casa Rosada. El matrimonio entre el Poder Ejecutivo y la AFA, celebrado en agosto de 2009 para darle vida al Fútbol para Todos, no pasa por su mejor momento.