Si Perón hubiese dudado como Alberto aún gobernaría Farrell

«Que lo hacemos, que lo suspendemos, que lo cambiamos». Marchas y contramarchas con respecto al acto para conmemorar el 17 de octubre. Al final, que cada uno haga lo que se le antoje.

Si en aquella histórica jornada de 1945 hubiesen existido tantas marchas y contramarchas como las que hoy caracterizan a lo que queda de aquel peronismo fundacional, es posible que Edelmiro J. Farrell aún fuese presidente de la república y Juan Domingo Perón sería tal vez el fundador de alguna explotación agropecuaria en el sur argentino.

Si algo debe agradecer desde el más allá el fundador del justicialismo es que aquella jornada la organizaron Evita y Cipriano Reyes y que Alberto Fernández no andaba aún metiendo su dubitativa  mano en las cuestiones del movimiento.

El presidente convocó a movilizarse en «unidad» el próximo domingo en todas las plazas del país para «conmemorar esa gesta popular extraordinaria que fue el 17 de Octubre de 1945», Dia de la Lealtad Peronista.

«El domingo 17 es el día de la familia. Celebremos. Y por la tarde, a partir de las 16, ahora que podemos, movilicémonos a todas las plazas para conmemorar esa gesta popular extraordinaria que fue el 17 de Octubre de 1945», invitó Alberto Fernández en calidad de titular del Partido Justicialista.

En un comunicado difundido a través de su cuenta de Twitter, el Presidente agregó: «Hagámoslo en paz y unidad. Celebremos en familia con todos los cuidados y respetando los protocolos que este momento nos impone».

«Que los músicos lleven su música, los poetas sus poemas, los protagonistas de las luchas sus recuerdos. Transformemos este encuentro en una verdadera fiesta de la democracia», agregó y concluyó: «recordemos aquel 17 de octubre, pero sobre todo estemos muy unidos para construir entre todos y todas un futuro mejor».

El acto iba a llevarse a cabo en el Estadio Único de La Plata pero la queja de la CGT, que tiene organizado un encuentro popular para el día siguiente, hizo que el presidente resolviese levantar el que iba a tenerlo como principal orador en la ciudad de las diagonales.

Sin embargo desde La Cámpora también hicieron oír su voz y amenazaron con organizar otro acto propio, por lo que Alberto optó por esta solución salomónica que plantea en su emocionada misiva: que en cada lugar se organicen como quieran, hagan lo que quieran…y todos contentos.

Casi como para agregarle solamente que eso de «que los músicos lleven su música» debería completarse con un «a otra parte».

Ni en esto puede ponerse de acuerdo el oficialismo.