Los empresarios, aliados con el sector sindical, resolvieron un paro de 24 hs. en protesta por la intención del gobierno de cobrar Ganancias a la actividad. ¿Tendrá Macri espalda para la pelea?
Una cumbre histórica se produjo esta tarde en el Hipódromo Argentino de Palermo. El gobierno de Mauricio Macri logró el milagro de reunir a enemigos presuntamente irreconciliables en torno a una mesa. Representantes de todas las empresas del mundo del juego en la Argentina: Codere, Boldt, Acahaval, Cristóbal, Angelici, Mautone, y demás, se sentaron para acordar una respuesta al proyecto de ganancias del Gobierno que les aplica un impuestazo feroz.
Luego del shock del viernes por la noche cuando se conoció el dictamen que les aplica durante tres años un impuesto «extraordinario» de 40 mil pesos por máquina por año y otra tasa de 0,75 pesos por cada apuesta, los empresarios del sector llegaron a cuentas alarmantes.
Cuando los empresarios y sindicatos del sector empezaron a cruzarse por whatsapp y telegram el dictamen de Cambiemos, la furia escaló hasta al cielo al enterarse que eran el único sector castigado con el impuestazo. Una vez más, el sector financiero la había librado. Con agravante: el dictamen del Gobierno era incluso más duro que el de Sergio Massa, autor inicial de la idea de gravar al juego.
En una sola semana de paro del juego, la provincia de Buenos Aires se pierde de recaudar 2.000 millones. Este jueves el ministro Lacunza tomó deuda por 1780 millones.
Para un casino importante, como el de Tigre por ejemplo, la suma de los nuevos cánones -que se acumula a los dos puntos de ingresos brutos extras que le aplicará la provincia- implicaba perder dos meses enteros de facturación, explicaron fuentes del sector. «De facturación, no de ganancia», puntualizaron. Como es lógico, casi no hay negocio que aguante semejante tajada.
Se empezaron a evaluar entonces distintos caminos -desde planteos judiciales por el carácter confiscatorio de la medida- hasta cierres de empresas, pero fueron los sindicatos del sector quienes aportaron el pragmatismo necesario.
En la reunión de esta tarde estaba presente Luis Barrionuevo, que se lamentaba: «Ahora que finalmente conseguí que me habiliten 200 maquinitas en el casino del Sasso, me meten un impuestazo». Barrionuevo representa a los trabajadores de gastronomía y hoteles que trabajan en los casinos.
Por el sindicato de los trabajadores del juego estaba Antonio Mura, cerebro político de Daniel Amoroso y por los trabajadores de al actividad hípica Miguel Quiroga.
La propuesta fue concretar el lunes un paro de 24 horas -en rigor un lock out patronal con consenso de los sindicatos-, para que los políticos sientan el rigor de ponerse al sector de sombrero.
Se calcula que con un sólo día sin actividad, los estados dejarán de recaudar casi lo que pensaban sumar en todo el año con el aumento de ganancias. Se entiende: las salas de juego pagan a los distintos niveles del Estado, ganancias, ingresos brutos, tasas varias, IVA y canon, entre otros tributos.
Se trata además de una medida histórica, nunca desde que existe la actividad en la Argentina hubo un paro nacional de absolutamente todos los sectores del negocio.
«Es un mensaje a los gobernadores para que hablen con sus diputados y senadores y les expliquen que ya estamos al tope de presión fiscal», agregaron las fuentes consultadas.
El paro involucra a bastante más de 20o mil trabajadores de todo el país e incluye hipódromos, casinos, bingos y quinielas.