Timba, plumas, birra y rock and roll van por un «no es lo que parece»

Por Adrián FreijoNo habrá casinos, ni teatros ni boliches bailables. Así de fácil, de un plumazo, se dejó sin trabajo de temporada a más de 20.000 personas. Aunque al rato…

 

Todo está prendido con alfileres en el país del millón de contagios y lo que ahora es, puede enseguida dejar de ser.

Mucha agua pasó debajo del puente desde el momento en que mirábamos desde el Olimpo a países como Suecia, Chile, Brasil o Estados Unidos, despreciando su falta de inteligencia para enfrentar la pandemia, hasta este presente que nos ubica como el país con mayor porcentaje de muertos por millón de habitantes del planeta.

¿Podemos entonces afirmar que lo que ayer se dijo sobre lo permitido y lo prohibido este verano será lo que en definitiva ocurrirá?. Porque de un plumazo se dejó sin trabajo de temporada a más de 20.000 personas y solo se les comunicó que en los próximos días se conversará con ellos para ver como pueden reconvertir sus actividades.

No habrá teatros, ni casinos ni boliches bailables ni tampoco, al menos en los anuncios, alternativas para no condenar a la extinción a actividades que ya venían golpeadas y a las que ahora se da el tiro de gracia.

Pero…¿será tan así?…veamos…

Pese a haber anunciado ayer que estarán prohibidos durante la temporada, el gobierno provincial aceptó mantener una audiencia con productores teatrales. La cita está prevista el jueves a las 10 y el sector anticipó la intención de “tratar de revertir algo” lo que ayer informó la Provincia en el Museo Mar según lo afirmado por el productor Carlos Rottemberg que parece haberse echado al hombro la lucha de la gente del espectáculo mientras sus colegas y los artistas prefieren la exposición mediática a la espera de que Minerva derrame su piadosa bendición sobre el sector.

Rottemberg recordó que en otras ciudades del mundo la actividad fue habilitada con límites de aforo, y adelantó que en un principio se pedirá una habilitación “del 30%” de las salas.

Tan realistas como acostumbrados a la acción directa de sus organizaciones gremiales, los casineros se preguntan con fría lucidez si «la provincia se va a permitir perder toda la recaudación que le aportan las salas de juego». Y para que nadie se sienta desautorizado recuerdan que “no es para nada definitivo, no hay nada oficial” mientras hablan de contactos con la provincia.

Poco importa que el propio ministro de la Producción Augusto Costa haya afirmado taxativamente que «no habrá actividad de teatros, casinos, bingos y boliches porque no vemos que estén dadas las condiciones para llevarlas adelante», cerrando una puerta que ahora los sindicalistas le abren de una patada al afirmar que nada está resuelto.

Mientras tanto los boliches bailables se disponen a presentar una propuesta de actividad al aire libre. Aunque ello solo sea posible en el caso de aquellos ubicados en zonas costeras lejanas de espacios residenciales. ¿Se imagina la felicidad de quien se encuentre con un baile a todo ruido en la puerta de su casa?. Nadie, hasta el momento, ha planteado alternativa para la inmensa mayoría de estos locales que, ubicados en el micro y macrocentro marplatense, han sido notificados de que sus persianas deberán permanecer bajas durante la temporada alta.

Pero todo marchan hacia La Plata con sus alternativas y todos, de la mano de lo inestable del pensamiento oficial, van convencidos de que algo van a traer a estas playas para mejorar su dramática situación.

La historia reciente juega a su favor: nada de lo que anunciaron las autoridades terminó cumpliéndose.

Y siempre queda la alternativa, muy en boga en este tiempo, de aferrarse al viejo concepto del «ma, si, yo hago lo que se me cante» que parece haberse convertido en epígono del sistema legal argentino.

¿No nos cree?…amanecerá y veremos.