Todo bien: Cristina dijo que Francisco no está preocupado

La Presidenta se reunió con Francisco en la residencia Santa Marta; aseguró que hablaron sobre la actualidad argentina, incluida la crisis de la deuda, y temas internacionales, como la amenaza del Estado Islámico; «Me recibió con la calidez de siempre», dijo

«Me recibió con la calidez de siempre». La presidenta Cristina Kirchner se reunió hoy durante tres horas con el papa Francisco en la residencia de Santa Marta, en el Vaticano, en encuentro privado en el que hablaron sobre diversos tópicos, según dio a conocer la jefa de Estado en una posterior conferencia de prensa.

El pontífice la había invitado especialmente hace diez días para compartir un encuentro con agenda abierta en Roma. «El Papa no está preocupado por la gobernabilidad del país», aseguró Cristina Kirchner, luego de que monseñor Guillermo Karcher, ceremoniero pontificio, dijera días atrás en Buenos Aires que a Francisco «le preocupa la gobernabilidad» y «la sana democracia» en la Argentina.

La mandataria dijo haber conseguido del Papa un respaldo a la postura argentina en la pelea con los holdouts. Esa era una premisa de Cristina Kirchner en esta cuarta visita al sumo pontífice, que fue una escala en su viaje a Nueva York para participar en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), donde denunciará la postura de los fondos buitre.

«Es una preocupación constante de su santidad», dijo la jefa de Estado cuando contó qué habló con el Papa sobre el litigio judicial que el país afronta con los bonistas no reestructurados.

La mandataria destacó que la Argentina actuó como «un disparador» para que el debate por la reestructuración de deuda soberana llegue al seno de la ONU y confió que el papa Francisco «se mostró muy contento con esta situación».

«Esto revela que hay un consenso internacional en ésto, que fue un hito», sostuvo.

La Presidenta rechazó los dichos de Karcher y, ante periodistas argentinos, dijo que «cuando el Papa habla lo hace a través del Papa».

«El Papa está muy preocupado por la situación del mundo, eso sí lo manifiesta constantemente», sostuvo.

La mandataria contó que hablaron «de la amenaza terrorista de Estado Islámico». Y añadió: «No está intimidado» por el grupo jihadista.

LA VISITA

La mandataria arribó a las 12.33 (7.33 hora argentina) al Vaticano, acompañada por el embajador argentino en la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, y fue recibida por el prefecto de la Casa Pontificia, George Gänswein.

La comitiva argentina, de 33 personas, estuvo integrada por el canciller Héctor Timerman , el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli ; el secretario de Culto, Guillermo Oliveri; el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini ; el secretario de Comunicación, Alfredo Scoccimarro ; el vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, Gabriel Mariotto ; el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez ; el senador nacional Aníbal Fernández ; los diputados nacionales Eduardo de Pedro y Andrés Larroque, entre otros.

Minutos después del ingreso a Santa Marta, Cristina y la delegación saludaron a Francisco e intercambiaron regalos. La Presidenta le obsequió al Papa un cuadro de Evita, miel de productores chaqueños y una escultura de una Virgen Desatanudos.

Además, Cristina le dio obras de orfebrería que le habían regalado a ella. En tono cómplice, le contó: «Le cambié la chapita, decía «para Cristina»».

El diputado Andrés «El Cuervo» Larroque le obsequió al pontífice una remera de La Cámpora. Eduardo de Pedro le llevó a Francisco salamines de Mercedes, «el mejor salame quintero del país».