Traslado de un paciente: una maniobra pensada, publicitada y con destinatario

Por Adrián FreijoEl enojo de las autoridades municipales por el traslado de un paciente a la CABA «ante la falta de camas en el HIGA» responde a una maniobra urdida que exige aclaración.

Un paciente de 56 años con coronavirus debió ser trasladado anoche a Capital Federal porque no había camas para atenderlo en el Hospital Interzonal y el modular según lo afirmado por por el director de la Zona Sanitaria VIII, Gastón Vargas quien se encargó de que la noticia llegase a la prensa junto con la fotografía que ilustra el momento del embarque.

La respuesta desde el municipio no se hizo esperar al afirmarse desde el gobierno municipal  haberse “enterado por los medios”  y asegurar que en el operativo no intervino el SAME municipal, sino una ambulancia del SAME Provincia «sin que existiera algún aviso a la Secretaría de Salud”.

De hecho poco después trascendió un audio del intendente Guillermo Montenegro en el que expresó su enojo por lo ocurrido, calificó el hecho como «una operación» y afirmó que «tengo una calentura que vuelo, que nos tomen de pelotudos a los marplatenses no lo puedo creer«.

Lo ocurrido se inscribe en una escalada iniciada desde provincia en la que ya no puede ocultarse la intención de desgastar al gobierno local, como parte de una ofensiva general del kirchnerismo contra todas las administraciones que pertenecen a otro color político.

Consultadas fuentes de la Secretaría de Salud municipal negaron enfáticamente la falta de camas y aseguraron que aún en un estado de tensión creciente el sistema no está aún en condiciones de colapso.

Según el parte oficial del HIGA publicado esta misma mañana, allí había 36 internados con Covid positivo y 11 pacientes sospechosos, mientras que en el hospital modular que también depende de las autoridades provinciales, había 11 internados en camas UTI y 22 en sala general. Por lo tanto, entre uno y otro sumaban 80 internados.

Expuesta la maniobra, y la estrategia, queda reflexionar acerca de la necesidad de que las autoridades locales mantengan la serenidad, no se presten a un juego de confrontación que en nada puede beneficiarlas y sobre todo redoblen los esfuerzos por optimizar la información diaria como manera de mantener a la población al tanto de la realidad sanitaria y la capacidad de respuesta del estado.

Los días venideros serán de reiteradas maniobras de desgaste, la población está comenzando a dar señales de un hartazgo creciente y solo la firmeza de sus gobernantes y un conocimiento cabal de lo que está ocurriendo servirá para que todos los marplatenses sepamos donde estamos parados. Ya habrá tiempo para los enojos y las explosiones emocionales.

Ahora es el tiempo de la serenidad…