Por la segunda fecha del grupo 5 de la Libertadores, el «Xeneize se impuso 2 a 1. Juan Cruz Komar y el ex Inter marcaron para el conjunto de Arruabarrena.
En su regreso a la Bombonera en la Copa Libertadores, Boca le ganó 2-1 a Montevideo Wanderers con goles del juvenil Juan Komar y de Daniel Osvaldo, que cumplió con creces en su debut. Así el conjunto del Vasco Arruabarrena consiguió su segundo triunfo y se consolida como líder del Grupo 5.
Boca salió a mostrar su chapa de arranque ante un equipo que se quedó esperando. Con Nicolás Lodeiro como eje, cumpliendo ese rol que tanto le hacía falta al equipo tras la salida de Juan Román Riquelme. Con Chávez y Palacios abriendo a la defensa uruguaya y permitiendo que Daniel Osvaldo, el hombre más mirado de la cancha, pudiera entrar y salir del frente de ataque con libertad.
Manejó Lodeiro y así llegaron las chances para el equipo del Vasco. El mediocampista uruguayo casi abre la cuenta de cabeza, tras un centro de Palacios desde la derecha.
Después fue Osvaldo el que tuvo sus oportunidades: un derechazo desde la puerta del área, cuando la jugada pedía pase a la derecha para Palacios, un cabezazo que se fue desviado y una tijera espectacular tras un centro de Chávez, que cayó en las manos del arquero Leonardo Burián. Osvaldo avisaba.
Pero el que puso el 1-0 fue Juan Komar, el pibe que entró por el lesionado Guillermo Burdisso. Y la empujó de cabeza a los 32 minutos en el segundo palo para abrir el juego. Boca hacía lo más difícil. Boca destrababa a Wanderers. Pero la alegría duró menos de un minuto.
Diogo Rolfo sacó del medio, tocó y fue a buscar en profundidad. Recibió el pase de Gastón Rodríguez, se metió al área por el costado izquierdo, entre Marín y Komar y de todo Boca que se quedó atónito. Y sacó un zurdazo contra el palo de Agustín Orión, que no reaccionó y la tuvo que ir a buscar adentro.
En el segundo tiempo, bajó el ritmo del partido. Boca se paró 20 metros más atrás y ya no presionó en campo contrario. Osvaldo tuvo un chance clarita pero le pegó muy suave de cachetada en el punto del penal y la pelota fue a las manos del arquero. Más tarde fue Palacios el que pudo haber definido pero sacó un derechazo cruzado, que no fue centro ni tiro al arco.
Pablo Pérez por Andrés Chávez. El cambio de Arruabarrena fue un signo de lo que pretendía Boca. Tocar la pelota con el triangulo Pérez-Gago-Lodeiro. Hacerla circular, demorar el juego y, si se abría un hueco, meter el tercero y liquidar el partido. Y ya sobre el final Federico Carrizo entró por Osvaldo para cerrar definitivamente el partido.
Pudo haber metido el 3-1 Palacios en dos ocasiones pero el pibe, esta vez, falló en la definición. Boca volvió a festejar. Mientras se arma como equipo sigue sumando buenas noticias. Se consolida Lodeiro, aparecen los pibes y llegó Osvaldo. Para alimentar el sueño.