EEUU publicará un informe sobre el tratamiento a sospechosos de Al Qaeda tras el 11-S. El país en alerta por la publicación del informe de torturas de la CIA.
Prácticamente nada más llegar Barack Obama a la presidencia, el Comité de Inteligencia del Senado comenzó a documentar la historia del programa ideado por la Administración de George W. Bush tras los ataques terroristas del 11-S y puesto en práctica por la CIA conocido como Rendición, detención e interrogatorio.
Mandato presidencial y medio después, ese Comité hará público este martes sus conclusiones sobre la utilización de las conocidas como técnicas de interrogatorio reforzadas (EIT, Enhanced Interrogation Techniques).
Más de 10 años después de que el último operativo de Al Qaeda fuera sometido a waterboarding (asfixia simulada con agua), estas son algunas preguntas y sus respuestas sobre cómo, por quién, para qué y qué beneficios –si alguno- tuvo el controvertido programa.
¿Qué objetivo tiene el informe?
El informe del Comité de Inteligencia del Senado es el más amplio que jamás se haya realizado sobre el programa secreto de detención e interrogación que la CIA puso en marcha tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, en los que murieron casi 3.000 personas en Washington, Nueva York y Pensilvania. En aquel momento, el temor a un nuevo atentado llevó a la Administración del republicano George W. Bush a permitir el uso de tortura para extraer información de presuntos terroristas.
¿Qué revelará?
El informe se centra en los casos de los prisioneros detenidos durante el periodo posterior al 11-S, trasladados, en algunos casos, a cárceles secretas o a terceros países, y sometidos a los llamados “métodos de interrogación reforzada”, según las filtraciones publicadas en los últimos meses. Concluye que las técnicas utilizadas por la agencia contra personas detenidas por una presunta vinculación con el grupo terrorista Al Qaeda eran mucho más severas de lo que se creía inicialmente y que las torturas sirvieron de poco a la hora de sacar información valiosa de los detenidos y prevenir muertes en atentados terroristas. El informe también sostiene que la CIA proporcionó información falsa a la Casa Blanca y al Congreso sobre el alcance y los resultados del programa de detención e interrogación.
¿Quién ha elaborado el informe?
El Comité de Inteligencia del Senado inició oficialmente en 2009 su investigación sobre el programa secreto de detención e interrogación. La redacción del informe finalizó en diciembre de 2012. Todo el proyecto costó 40 millones de dólares. El proceso fue liderado por la presidenta del Comité, la senadora demócrata Dianne Feinstein.
Al poco de iniciarse la investigación, los senadores republicanos se retiraron del proceso. Pero el informe no es únicamente demócrata dado que dos senadores de Maine -uno republicano y otro independiente- apoyaron sus hallazgos. Y algunos republicanos votaron a favor de desclasificar una parte del documento.
Durante los cuatro años de investigación, se analizaron más de seis millones de cables, memorandos y otros documentos oficiales. El esfuerzo requirió de la creación de protocolos e instalaciones especiales para analizar los documentos, así como de un acuerdo de colaboración entre la CIA y el comité, rodeado de polémica. En agosto, la CIA admitió que algunos de sus empleados espiaron ordenadores reservados para los investigadores del Senado, como había denunciado en marzo Feinstein.
¿Por qué ha tardado tanto en publicarse el informe?
Principalmente por la disputa entre el comité del Senado y la CIA -con la Casa Blanca de apoyo- sobre qué detalles del informe debían de ocultarse o matizarse. Es habitual que, al desclasificar documentos confidenciales, el Gobierno revise y elimine algunos detalles amparándose en la protección de la seguridad nacional. La senadora Dianne Feinstein ha criticado una injerencia desproporcionada.
¿Será público todo el informe?
No. El informe consta de más de 6.000 páginas, pero solo se desclasificará un resumen de 500 páginas.
¿Qué opina la CIA y la Administración Bush del informe del Senado?
Tras la difusión del informe, la CIA tiene previsto publicar un documento que refutará sus principales conclusiones. Según el diario The New York Times, el actual director de la CIA, John Brennan, ha estado preparando junto a ex altos cargos de la agencia una contraofensiva para rebatir el informe del Senado y minimizar su impacto público. El expresidente Bush y sus más próximos asesores han decidido apoyar a la que era la cúpula de la CIA durante su etapa en la Casa Blanca. “Estos son patriotas y diga lo que diga el informe, si disminuye sus contribuciones a nuestro país, estará fuera de lugar”, dijo el expresidente en una entrevista a la cadena CNN.
¿En qué consisten las Técnicas de Interrogatorio Reforzadas (EIT, Enhanced Interrogation Techniques, siglas en inglés) y de qué sirvieron?
En abril de 2009, el Departamento de Justicia hizo públicos unos informes en los que detallaba las técnicas de interrogación usadas por la CIA y que se elevaban a diez, entre otras la privación del sueño; la manipulación en la dieta; la desnudez forzada; golpear el abdomen o abofetear la cara para producir desconcierto; amenazas de carácter sexual; encierro con insectos; y por supuesto el tristemente famoso waterboarding así como el llamado walling (sostener al detenido contra un muro mientras se le sujeta cuello y cabeza con una toalla… ).
Tanto republicanos como demócratas sabían del uso de las técnicas. Obama reconoció el pasado agosto que “se había torturado a algunos tipos”. ¿Sirvieron las técnicas EIT para capturar a Osama Bin Laden? La pregunta sigue abierta.
¿Qué ha hecho el presidente Barack Obama sobre los métodos de tortura?
El último miembro de Al Qaeda en ser interrogado con la técnica del ahogamiento simulado por waterboarding lo fue en 2003. Pero no fue hasta enero de 2009 cuando, nada más llegar a la Casa Blanca, Barack Obama acabó con el polémico programa secreto de detención e interrogación de la CIA. Sin embargo, su Administración no ha llevado a la Justicia a ningún empleado de la agencia por esos hechos. La práctica de la detener e interrogar sospechosos en otros países continuó.
Obama apoya la difusión del informe, pero su Administración ha trabajado intensamente entre bastidores para ocultar detalles. El presidente calificó a principios de agosto como tortura las técnicas empleadas por la CIA para interrogar a sospechosos y enfatizó que se cruzó una “raya”. Sin embargo, pidió tener en cuenta el contexto de miedo generalizado tras los atentados de septiembre de 2001 para “no juzgar con demasiada dureza” a quienes “hicieron cosas que estaban mal”.
¿Cuántas persona han respondido ante la Justicia por torturas?
Ninguna. Y el informe no prevé revelar la identidad de los torturadores. De hecho, el comité no ha podido entrevistar ni a uno solo de los operativos de la CIA que formaron parte de la guerra sucia de Bush. Al llegar al poder, el presidente Obama abogó por pasar página. Hoy es difícil que haya ya consecuencias jurídicas.
Con información de Marc Bassets, Yolanda Monge, Silvia Ayuso y Joan Faus.