El nadador estadounidense Michael Phelps confirmó que el año que viene tratará de lograr su pase para estar en Río de Janeiro para aumentar su legado, actualmente en 18 medallas de oro.
«Ustedes lo escucharon aquí primero. Espero con ansias el próximo año. No creo que sea muy difícil darse cuenta del motivo de mi retorno», afirmó Phelps ante los medios de comunicación presentes en Mesa, en el estado de Arizona, y donde volverá este jueves a la competición después de cumplir los seis meses de suspensión que le impuso su federación por conducir ebrio.
Además, el organismo también le prohibió competir en el Campeonato del Mundo de Kazán como parte de su castigo, aunque el mes pasado el director ejecutivo de USA Swimming, Chuck Wielgus, dijo que podría considerar incluirlo en el equipo, aunque desde entonces esa puerta se cerró.
«Obviamente es un muy difícil para mí no poder competir en los Campeonatos Mundiales. Yo apoyaré plenamente todo lo que ellos hagan allá, y les deseo toda la suerte en Kazán», agregó el de Baltimore, que asumió su castigo. «El último par de meses han sido probablemente los más duros de mi vida. Asumo plenamente la responsabilidad de todas mis acciones. He hecho daño a mucha gente y ha sido terrible», lamentó.
Phelps retornará a la piscina compitiendo en los 100 metros mariposa. Además, tiene previsto nadar los 100 metros espalda, los 100 y 400 metros libres y los 200 metros estilos, pruebas en las que se medirá a otra de las estrellas americanas, Ryan Lochte.