Las divisiones existentes en el bloque, entre populismos y eficientismos, quitaron peso político al nucleamiento. ¿Quién podrá imponerse en esta puja?
La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) pretende que la nueva sede de la organización, inaugurada el viernes en Quito (Ecuador), sirva como punto de inflexión para dar un impulso a la institución, que ha perdido peso político en los últimos años. El anfitrión, Rafael Correa, apeló al simbolismo de la nueva sede, junto al monumento de la Mitad del Mundo. “Estamos en el centro del mundo, donde se adoraba al Dios Inti, donde se celebraba la cosecha y el buen vivir. Desde aquí construiremos la patria nueva, la patria grande”, aseguró Correa en su discurso de bienvenida. Pero Unasur, que nació en 2008 y agrupa a 12 países, necesitará algo más que un nuevo edificio —que consta de 25.000 metros cuadrados y ha costado 44 millones de dólares— para estar en la agenda política global.
La integración es una deuda pendiente del organismo y el propio Correa, parafraseando al expresidente ecuatoriano Eloy Alfaro, dijo que “en la demora está el peligro” y emplazó a los otros mandatarios a recuperar el tiempo perdido. El mandatario ecuatoriano se refirió a la dificultad de avanzar porque todo lo que se decide en el seno de la Unasur debe ser aprobado por unanimidad y esto hace que todos los países tengan capacidad de veto. “Así no podemos avanzar, tenemos que revisar la institucionalidad para ser más eficientes en la construcción de la patria grande”, dijo Correa.
Las palabras del presidente ecuatoriano no dejaron de ser una declaración de buenas intenciones. Durante la reunión que mantuvieron, de manera privada, los mandatarios que acudieron al acto, no se realizaron acuerdos concretos.
En días pasados, el secretario general de Unasur, el expresidente colombiano Ernesto Samper, había recalcado que uno de los primeros desafíos de la organización en esta nueva época será lograr el consenso para implementar un pasaporte único en la región, que facilite la libre circulación de las 400 millones de personas que viven en América del Sur y fortalecer así la ciudadanía sudamericana. Otros proyectos en los que parece haber consenso consisten en crear un centro para discutir controversias y lograr acuerdos de cooperación en el ámbito de la educación, para que sea posible la formación de ciudadanos y profesionales.
En la declaración final de la reunión extraordinaria celebrada un día antes en la ciudad costera de Guayaquil, Samper, además de agradecer a Rafael Correa la construcción de la sede, insistió en la necesidad de trabajar para conseguir espacios de integración regional y extrarregional.
Las expectativas que generó Unasur con su fundación en 2008, gracias principalmente al impulso que le dio el entonces presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, han ido decayendo con el tiempo. Uno de los logros de la institución fue su papel de mediador para que la oposición venezolana y el Gobierno de Nicolás Maduro iniciaran un diálogo tras los disturbios del pasado mes de febrero, aunque este no llegó a buen puerto. Durante su intervención, Samper abogó por la unidad de la región, dedicó palabras al diálogo de paz de Colombia y pidió al presidente Santos que consiga esa paz por todos los latinoamericanos.
Al acto de la inauguración de la nueva sede acudieron los mandatarios de Argentina, Cristina Fernández; Paraguay, Horacio Cartes; Bolivia, Evo Morales; Surinam, Dési Bouterse; Venezuela, Nicolás Maduro; Brasil, Dilma Rousseff; Colombia, Juan Manuel Santos; y, el primer Ministro de Guyana, Sam Hinds. Además, se homenajeó a los expresidentes fallecidos Néstor Kirchner y Hugo Chávez.
La prensa se mantuvo al margen de la inauguración en una carpa montada en los exteriores del edificio, sin posibilidad de acercarse a los invitados por el dispositivo de seguridad que incluyó a la guardia presidencial, policías y militares que rodearon el edificio vanguardista. Dentro del mismo, según información de la Cancillería ecuatoriana, se expuso la carta de Jamaica que escribió Simón Bolívar en 1815 y que hace poco fue encontrada en un archivo histórico de Ecuador y que hasta ahora no ha sido presentada en público.