VOLVER A EMPEZAR: ¿AÚN NO TERMINA EL JUEGO?

Lo que Alejandro Lerner asegura en su emblemática canción se vuelve duda en la política exterior de Alberto Fernández que ahora parece alinearse con EEUU. ¿Será hasta que Cristina rompa el silencio?.

Después del apoyo del presidente de los Estados Unidos Joe Biden para cerrar la negociación con el FMI, el gobierno argentino decidió cambiar su postura respecto a Nicaragua y la orientación de su política exterior en la OEA y respaldó a los norteamericanos en la condena al gobierno de Daniel Ortega.

En medio de un silencio estrepitoso de su vicepresidenta -que no se pronunció sobre este tema ni acerca del acuerdo en ciernes con el FMI- el presidente parece advertir el riesgo de un aislamiento absoluto de su administración si persiste en su tibia política pendular frente a gobiernos que no solo violan sistemáticamente los derechos humanos sino que hoy se encuentran alineados con Vladimir Putín a las puertas de lo que puede ser una guerra que momento a momento se hace más presente.

Luego de una sesión de unas dos horas el organismo lanzó una dura resolución condenatoria que fue votada por 26 países, entre ellos la Argentina.  No había margen para otra cosa y la soledad se hubiese convertido en un peso difícil de soportar para la débil posición mundial de Argentina.

¿Hubo presiones?, ¿influyó en el cambio de posición el apoyo de Biden frente al Fondo?, ¿alguien le hizo notar a nuestro país el riesgo que se corría?. Seguramente un poco de cada cosa…pero esta vez, al menos, los destinatarios escucharon correctamente el mensaje.

Claro que la debilidad interna, la necesidad de mantener equilibrios dentro del Frente de Todos que siempre están sujetos a los humores de la ex presidente y la sensación de que el repliegue de Cristina se emparenta más con la desestabilización del gobierno de su cada vez más lejano socio que con algún grado de prudencia política son elementos que obligan a preguntarse si esta nueva orientación en el escenario mundial -aunque acolchonada por un supuesto multilateralismo que Alberto esgrime como teoría y doctrina- será la definitiva o volverá a pegar un bandazo apenas alumbre un nuevo apriete desde el Instituto Patria.

Quedan como telón de fondo las relaciones del país con China y, en este momento muy especial, con Rusia. El la Casa Rosada temen algún gesto de Cristina que deje descolocado al gobierno en su búsqueda de acercarse a EEUU y por primera vez parecen entender que el escenario internacional hoy lo condiciona todo y va a definir muchas cosas en las próximas semanas.

Incluidas algunas que significan como seguir adelante sin reservas, sin financiamiento y sin inversiones, algo para lo que las opciones parecen angostarse: asociarse con China y entregar los resortes básicos de la economía o seguir negociando con la administración norteamericana a través del FMI para aflojar las condiciones del ajuste y recibir asistencia financiera constante que sirva para sostener las variables de una economía que decididamente no despega.

Por eso, viendo las dos opciones y escuchando los fragores de la política vernácula, vale la pena reitarer la pregunta del título…¿aquí termina el juego?.

Y la respuesta no es clara ni es tranquilizadora….