AGRO: POR MÁS QUE «REPITAS» TODO SE REPITE

La muletilla «vuelvo a repetir», idiomáticamente un barbarismo, que agota el ministro Julián Dominguez no puede ocultar la realidad: el gobierno sigue tomando al campo como financista de sus errores.

Como un «maestro ciruela», de esos que aparecen en caricaturas e historietas, el ministro de Agricultura Julián Dominguez se paró frente a las cámaras de la televisión oficial y habló con voz engolada repitiendo no menos de veinte veces la muletilla «vuelvo a repetir».

Más allá de la necesidad de que el gobierno convoque urgentemente a alguien que enseñe inglés al canciller Cafiero y construcción de la lengua castellana a Domínguez, es bueno recordar al funcionario que la reiteración de conceptos o el énfasis que al hacerlo se aplique no da razón al argumento ni confirma el aserto de lo que allí se afirme.

De hecho su exposición estuvo plagada de verdades a medias, expresiones de deseos y diagnósticos que en lo general pueden tener alguna andadura pero en lo concreto siguen mostrando que el gobierno que integra no entiende que la demanda de la hora no es «sacarle un poquito» a los productores sino inyectar todo el esfuerzo del estado para hacer crecer los rindes y aprovechar una coyuntura mundial que, bien leída, puede devolver a la Argentina a un protagonismo perdido hace décadas en el negocio agroindustrial y exportador.

Afirmó  que se busca «desacoplar» el precio interno de los precios internacionales con dos objetivos, «tratar de cuidar a los consumidores» y que esta medida «no perjudique a los productores» sin alcanzar a explicar como va a conseguirse el doble objetivo anunciado. Como ocurriese ayer con el discurso del presidente Alberto Fernández, los anuncios ministeriales no pasaron de una catarata de buenos deseos, sin estrategia a la vista y sin que aparezcan medidas concretas más allá del fantasmagórico fideicomiso, tantas veces intentado con diferentes denominaciones, que pretende frenar el precio de los derivados de la harina con un mecanismo tan conocido como fracasado: control de precios y/o congelamiento.

Es bueno recordar, tan solo a título informativo, que la incidencia de estos productos en el ingreso promedio de los hogares argentinos es de apenas el 4%. Demasiado poco para tanto anuncio y cadena nacional…

Sería importante entonces que Dominguez y los demás ministros y funcionarios del gobierno dejasen de lado las muletillas, los engolamientos y los aprestos guerreros y se pusiesen a resolver alguno de los muchos problemas que atraviesan al país.

Porque -y esto si vale la pena volver a repetirlo- los argentinos estamos hartos de tanta torpeza y palabrerío…