ALBERTO Y FRANCISCO: EL CARTERO LLAMA OTRA VEZ

Aprovechando un saludo del presidente argentino con motivo de cumplir nueve años de papado -lo que ocurrió hace casi un mes- Francisco vuelve a deslizar comentarios que interfieren los fragores internos del gobierno.

 

El papa Francisco le envió una carta al presidente Alberto Fernández en la cual deseó que el primer mandatario y los miembros del Gobierno se afirmen en «la asistencia del espíritu de la verdad para trabajar por el bien común y procurar soluciones adecuadas a los problemas que afligen, de manera particular, a los más débiles y descartados», informó la Casa Rosada.

Algo que tal vez no sería digno de suspicacia si no fuese que llega al país justo el día en el que, con los mismos argumentos, la vicepresidente Cristina Fernández y el sector que lidera comienza a debatir en el Congreso el proyecto de ley para que el pago de la deuda que el país mantiene con el FMI sea encarado con los fondos que se detecten de quienes los sacaron de la Argentina, en lo que muchos consideran un blanqueo encubierto que tiene entre otros fines alejar al núcleo del poder kirchnerista del riesgo de caer bajo la figura penal del lavado de activos y el contrabando de divisas.

El Presidente, sin entrar en más detalles,  agradeció la misiva vía Twitter: «Valoro sus palabras como un faro para enfrentar los desafíos de este tiempo y agradezco de corazón sus buenos deseos» dijo Alberto con una frialdad suficiente para dejar entrever que había comprendido todo lo que de presión tienen las palabras del pontífice.

«El mundo tiene la fortuna de contar con un líder moral que promueve la paz, la equidad y la unidad», agregó, aunque este último comentario pareció contener algún dardo envenenado en un momento en el que se multiplican las críticas de la comunidad internacional -y de los católicos en particular- por lo que se considera una actitud excesivamente tibia del Vaticano frente a la invasión rusa a Ucrania y los crímenes de guerra ordenados por Vladimir Putin, al que el Papa evita señalar en todo momento.

«Pensando en las actuales dificultades que tantos hijos e hijas de la Nación argentina tienen que enfrentar imploro el auxilio de Nuestra Señora de Luján para que, intercediendo ante el Señor Jesús, Príncipe de la Paz, les obtenga a usted y sus colaboradores la asistencia del espíritu de la verdad para trabajar por el bien común y procurar soluciones adecuadas a los problemas que afligen, de manera particular, a los más débiles y descartados«, aseveró Jorge Bergoglio en la nota fechada el 25 de marzo pero difundida hoy por la Casa Rosada y que recién se dio a conocer hoy.

Demasiado claro como para no entender que, desde Roma, el líder de la iglesia católica piensa seguir influyendo en la vida política nacional y sosteniendo su alianza con Cristina que va más allá de cualquier otra consideración.

Y que demuestra, una vez más, que nadie es profeta en su tierra. Porque entre esos incomprendidos y abandonados por los que clama Francisco se encuentra el 70% de sus conciudadanos que clamaron en las urnas estar hartos de las miradas sesgadas de quienes siguen a pie juntillas las políticas confrontativas y la búsqueda de impunidad y poder absoluto de la ex mandataria.

Pero parece que esa carta nunca llega a cruzar los portones de San Pedro…