Algo parecido a «lo mandaron a robar y dejó la tarjeta personal»

El frente del Colegio de Arquitectos y el estudio profesional de su presidente amanecieron con pintadas y carteles de la UOCRA pegados en su frente. Una práctica reprochable e inadmisible.

El apriete es parte de la vida política y gremial argentina. Tanto lo hemos internalizado que ya nos parece cosa común un escrache, una pintada o pegatina o hasta la imposición por la fuerza de una toma de edificios, un corte de calles o lo que le venga en gana al protestante de turno.

En la mañana de hoy el Colegio de Arquitectos y el estudio profesional de su presidente el El frente del Colegio de Arquitectos y el estudio de su presidente Arq. Eduardo Agüero amanecieron con pintadas y carteles de la UOCRA pegados en su frente. Los atacantes al parecer no hicieron esfuerzo alguno para ocultar su autoría ya que, como lo demuestran las fotos que acompañan esta nota, la organización gremial dejó sus huellas fijadas a cada paso.

Queda ahora a criterio de su dirigencia aceptar la responsabilidad y reparar el daño o dirigir las sospechas hacia algún sector interno disidente que pueda haber pretendido dañar a la conducción de César Trujillo con esta acto de vandalismo. Lo que suena inadmisible es el silencio.

Cabe recordar que entre el colegio profesional y el gremio se generó en los últimos días un entredicho por la decisión de la organización sindical de retornar a la obras bajo el sistema de «paro a la japonesa» y el rechazo que esta actitud generó en los profesionales responsables que insistieron en la necesidad de respetar las disposiciones oficiales vigentes.

Algo que de ninguna manera puede justificar esta primitiva y antidemocrática agresión.