Amado Boudou y la esperada postal del fin de la impunidad

Hace pocas horas los argentinos vimos a Julio De Vido sentado de cara a un tribunal y después al Pata Medina esposado y preso por sus delitos. Ahora el ex vicepresidente rinde cuentas. ¿Nueva era?.

El ex vicepresidente del kirchnerismo, Amado Boudou, comenzó a ser juzgado por la venta de la ex imprenta Ciccone Calcográfica, y en el inicio de debate su defensa pidió la nulidad por entender que «tiene que contar con la totalidad de los testimonios y las pruebas», en referencia al rol que cumplieron los ex funcionarios de la AFIP, como su titular Ricardo Echegaray- entre otros-, y que aún permanece en el tramo de la instrucción del juez Ariel Lijo.

El próximo martes 10 se prevé seguir con los planteos y, en caso de dar los tiempos, comenzar con las declaraciones indagatorias de los acusados, quienes podrán o no usar su derecho a hablar ante el Tribunal.

Los cargos por Ciccone revisten mayor gravedad que otras causas ya que si hay condena en «concurso real» podrían sumarse las penas previstas para cada delito hasta un total de 11 años de cárcel.

Un último intento por demorar el inicio del juicio resultó en un fracaso. Alejandro Vandenbroele afrontará el juicio por el caso de la ex-Ciccone Calcográfica con defensora oficial, después de que renunciara su abogada, a una hora del comienzo del proceso. Paola Bigliani será quien reemplace a Liliana Cobas como defensora de Vandenbroele.

El presunto testaferro de Amado Boudou trató así de demorar el comienzo del juicio, en una estrategia usada por los acusados para lograr este objetivo, aunque no tuvo éxito.Junto a Boudou, Vandenbroele es uno de los que se sentará en el banquillo de los acusados en el juicio por coimas y negociaciones incompatibles con la función pública ante la sospecha de que el exvicepresidente K y sus allegados trataron de quedarse con la empresa que imprime billetes.

El abogado era el titular de The Old Fund, la sociedad que compró el paquete mayoritario de la Calcográfica, a la que además la AFIP le levantó la quiebra en una maniobra de la que se sospecha influyó el entonces ministro de Economía, que era Boudou.

Pese a las muchas pruebas existentes acerca de la relación entre ambos acusados, al momento del ingreso del empresario a la sala tanto él como Boudou evitaron saludarse. Parte de la estrategia de las defensas radica en sostener que no había relación alguna entre ellos.