Boudou amenaza al gobierno con firmar el levantamiento de secreto de estado que impide a Stiuso declarar. Reclama «ayuda» en sus causas y más protección.
Amado Boudou no es otra cosa que un vivillo que se sacó la grande. Sin mérito alguno para ocupar la alta magistratura que lo inviste, con un pasado que tiene más cosas para ocultar que para mostrar y convertido en un gestor de negocios propios y ajenos, el vicepresidente de todos los argentinos vuelve a encontrar por estas horas un nuevo golpe de suerte que puede ayudarlo a salir del atolladero judicial en que se encuentra.
Quienes están cerca de este olvidable personaje menor con cuestiones mayores para la salud de la república saben de su creciente depresión.
Teme se el «Maria Julia» del kirchnerismo, siente que lo han dejado sólo y,hasta el tiro que terminó con la vida de Nisman sentía que el gobierno había decidido entregar su cabeza para esconder tras el escándalo otras investigaciones que al poder le preocupan mucho mucho más como es la que se cierne sobre Lázaro Báez.
Las especulaciones acerca del miedo a que Amado hablase y terminara por poner en evidencia que el propio Néstor Kirchner estaba detrás de la operatoria Ciccone no tenían mucho sustento. El propio vice no tenía elementos de prueba sólidos como para demostrar lo que por otra parte todos saben.
Pero la muerte del fiscal le abrió una posibilidad inmejorable.
Boudou recibió en las últimas horas una oferta difícil de rechazar: en ejecicio del Poder Ejecutivo está en condiciones de firmar un simple decreto que levante la condición de protegido por el secreto de estado que le impide a Jaime Stiuso declarar ante la fiscal Feín.
Quienes se comunicaron con él fueron claros; si lo firma, mucha de la documentación que puede comprometerlo judicialmente desaparecerá y su situación mejorará sustancialmente. Es clao que ha dejado de ser el «premio mayor» en la pelea entre la justicia y el gobierno y ahora todos sienten que Cristina está al alcance de la mano.
No tiene apuro el vicepresidente; sabe que cada vez que Cristina viaje los nervios harán estragos en las cercanías del poder.
Porque Boudou ya hizo saber ayer miércoles acerca de la propuesta recibida y reclamó más protección y apoyo del gobierno a cambio de su ahora fundamental lealtad. Es posible que en los próximos días Cristina vuelva a darle el aval público y también lo es que de acá en más no aparezca tan sólo en su comprometida situación legal.
El pícaro huevito tiene ahora todas las cartas en la mano y lo sabe.
Y cómo en el viejo cuento infantil puede terminar comiéndoselos a todos.