«Otra vez sopa»; después de que cada vez que quiso implementarse fue un fracaso que retrasó una década a la Argentina en el mercado mundial de granos, Cristina vuelve a tentarse con el «todo me pertenece» e intenta reflotarla
La presidenta Cristina Kirchner analiza la creación de una compañía estatal acopiadora de granos que salga a «competir» con las cerealeras trasnacionales y le ponga fin al control total del ingreso de agrodólares al país por parte de las empresas.
En su escritorio de Olivos tiene un borrador sobre la instauración de una firma –símil de la otrora Junta Nacional de Granos que operó entre 1933 y 1991- para ponerle límites al «oligopolio cerealero», lo que en su entorno estiman sería la última «gran jugada» de la presidenta antes de dejar el poder.
La mandataria lleva en su haber medidas históricas como la estatización de fondos de pensión (exAFJP), YPF y Aerolíneas Argentinas, y podría despedirse en 2015 con una decisión clave sobre un sector que la enfrentó con dureza desde marzo de 2008 por la polémica Resolución 125.
Según pudo saber NA de fuentes cercanas al proyecto, no se trata de usar la Ley de Abastecimiento para ingresar compulsivamente a los campos –como había alertado la Sociedad Rural Argentina-, sino de crear una empresa estatal que salga a competir con las acopiadoras ofreciendo un tipo de cambio más competitivo que el actual «dólar soja».
La iniciativa prevé una empresa estatal que espere en la tranquera al pequeño y mediano productor para ofrecerle un precio con una retención de entre 5 y 10 puntos inferior al actual 35% que rige en el mercado para la soja: así, estiman en el Gobierno, el Estado manejaría el 40% de la cosecha en forma directa.
La idea fue planteada por Máximo Kirchner a su madre tras el duro discurso presidencial del martes en la Casa Rosada contra las patronales agropecuarias y pocas horas después la jefa de Estado recibió un borrador redactado por economistas de la agrupación de corte oficialista La Gran Makro.
Buenos Aires, NA.