Tras una recorrida por la ciudad, y después de tres años de gobierno, el jefe comunal se sorprendió por el estado general de la misma. ¿Qué estuvo haciendo durante todo su tiempo de gestión?
Los funcionarios presentes no podían creer lo que estaban escuchando. Tras una recorrida de norte a sur por la ciudad Carlos Fernando Arroyo ingresó cabizbajo y preocupado a su despacho y les espetó a boca de jarro la frase que titula este comentario: «no sabía que Mar del Plata estaba tan hecha m…».
La falta de información sobre el conglomerado que le toca gobernar es la prueba palpable del precio que pagamos todo por su inveterada costumbre de enfrascarse en peleas absurdas que solo sirven a sus inquinas y resentimientos personales cuando no a visiones caprichosas de la realidad.
Y de paso para poner en evidencia la pobreza e ineptitud de su equipo de gobierno hoy agobiado por luchas internas, acusaciones cruzadas y la más sorprendente búsqueda de un futuro mejor, lejos del caballero de la triste figura, y de nuevos soles que alumbren y abriguen a cada uno de sus integrantes.
Tres años después de asumir el poder el intendente descubre que la ciudad está destruida. ¿Solo le queda entonces pasar a la oposición?
O gobernar…