Avanza la alianza del arroyismo con un sector del Frente Renovador

Otra vez Lucas Fiorini «salvó» a Carlos Arroyo y le prestó su voto para lograr prorrogar una emergencia económica que solo ha servido para aumentar el desmanejo de los fondos públicos.

Ni los aliados radicales de Cambiemos estuvieron dispuestos a levantar la mano para avalar una nueva Emergencia Económica. La falta de rendición de cuentas de la primera etapa, lo extemporáneo del presente pedido y lo sugestivamente engorroso del texto elevado por el Ejecutivo convencieron a los seguidores de Leandro Alem que apoyar semejante cosa se parecía mucho al final que tuvo el mítico caudillo fundador: un suicidio.

Y otra vez apareció aquel al que ya todos llaman «Bernardo» -el ayudante del Zorro- para sacarle las papas del fuego al lord mayor y prestarle el voto que le estaba haciendo falta. Algo que ya se ha vuelto costumbre...tanto que muchos ya sospechan que lo que se está gestando es una alianza política de esas que no dejan de hacer ruido.

Fiorini es de los que en voz baja sostienen que a Arroyo no hay que voltearlo, pero si gastarlo lo suficiente como para que no tenga chance alguna de dar continuidad a su proyecto, si es que alguna vez lo tuvo. Y cree también que si ese desgaste se convierte en permanente ello obligará al PRO, y muy especialmente a la gobernadora Vidal, a negociar de cara al 2017.

Es muy probable que el ¿renovador? tase demasiado alto el valor de su figura, pero lo cierto es que ya no esconde que su intención es posicionarse como heredero de Arroyo. ¿En que partido?…luego se verá; «se’gual» diría Minguito…

Aunque sería bueno conocer la reacción de sus compañeros de bancada quienes no hace mucho recibieron una orden clara y tajante de boca del propio Sergio Massa: ni empujar al abismo ni ayudar en nada a la actual administración. ¿Cambió esa orden?, ¿o el presidente del bloque cree que él está por encima de las directivas de su jefe?.

Es claro que esta no fue la primera ni será la última vez que Fiorini ocupe en el recinto el lugar que naturalmente deberían ocupar los radicales. Y parece que muy cómodo se siente al hacerlo, aunque su propia gente mire de reojo estas actitudes-

Tal vez por eso esta alianza de ocasión, que ya a nadie sorprende, tenga tanto olor a lo peor de la vieja política y las malas lenguas la hayan bautizado como una nueva unión del hambre y las ganas de comer.

Nada nuevo bajo el sol…