Es claro que puertas adentro pasaban cosas; es claro que algo se había roto entre Carlos Bianchi y los jugadores. ¿Tal vez la actitud del entrenador de hacer que todos sintieran que estaban por debajo de Riquelme y que tenían que trabajar el día a día de acuerdo a los caprichos de Román?, ¿o una visión de un fútbol que no existe y de un vedetismo que molesta?. Lo cierto es que Boca fue otro equipo y que jugando con esa concentración va a ser muy difícil ganarle.
Boca consiguió este domingo un triunfo inobjetable para volver a creer, al vencer al líder Vélez por 3 a 1 como local, en el debut inolvidable de Rodolfo Arruabarrena como entrenador, tras la salida de Carlos Bianchi.
Joaquín Correa, en la última jugada del primer tiempo, puso en ventaja a Vélez, que no había tenido un buen juego pero aprovechó esa única situación.
Pero Boca, que había estado muy intenso pero sin definición, lo dio vuelta en pocos minutos del segundo tiempo con un cabezazo del capitán Daniel Díaz y una aparición de César Meli.
Sobre el final, luego de la infantil expulsión de Gonzalo Castellani, apareció el delantero Andrés Chávez para sentenciar la historia y darle el segundo triunfo a Boca en el torneo Transición.
Los de la ribera llegaban en crisis, luego de que los dirigentes echaron a un histórico, Carlos Bianchi, producto de los malos resultados que obtuvo en su tercer ciclo en el club.
Boca fue otro equipo: tuvo actitud, juego asociado y efectividad en ataque, mientras que Vélez no pudo hacer nada de lo que había mostrado hasta el momento en el certamen y que lo encontraba como líder en soledad.
Buenos Aires, NA.