Kiciloff y Timerman viajaron a la cumbre en Brisbane, Australia, con la expectativa de que se acuerde un plan para detener el avance de fondos especulativos.
El ministro de Economía, Axel Kicillof y el canciller Héctor Timerman viajaron este jueves a la cumbre de presidentes del Grupo de los 20 en Brisbane, Australia, con la esperanza de que se acuerde un plan de acción contra el embate de los fondos especulativos sobre las deudas soberanas, tras el conflicto de la Argentina con sus acreedores rebeldes.
Los funcionarios despegaron a media mañana, confirmaron fuentes oficiales a NA, y representarán al país en reemplazo de la presidenta Cristina Kirchner, quien continúa en recuperación tras haber estado internada siete días por un problema de salud.
El borrador de un anexo al Comunicado de Líderes previsto para el Summit, al que tuvo acceso esta agencia, defiende la idea de una solución contractual al tema de reestructuraciones de deuda, para que los países no se vean expuestos al accionar judicial de fondos especulativos que compran bonos a precios basura y luego exigen su pago total.
El gobierno argentino pretende una solución que se sustente en un tratado internacional, aunque ya considera como un positivo avance para la crítica situación de su deuda en default que que se mencione el tema en la cumbre como parte de una agenda futura a discutir entre los presientes del G20.
Los litigios de fondos especulativos contra los países por deudas soberanas impagas demandan de una acción colectiva que evite ese problema, dice el borrador de un anexo al Comunicado de Líderes que los presidentes del G20 podrían firmar el fin de semana en Brisbane, Australia.
Ante la resistencia de Estados Unidos a apoyar una iniciativa similar en la última cumbre de la ONU, países como la Argentina y Brasil pretenden incorporar un anexo al documento central, que no demandaría el tratamiento del problema en esta reunión, aunque esto por ahora es tema de discusión.
Ese borrador al que tuvo acceso NA propone la «emisión de nuevas acciones» para impedir que los denominados «fondos buitre» puedan poner contra las cuerdas a un país exigiendo por la vía judicial el pago total de una deuda, sin aceptar una reestructuración.
Buenos Aires, NA.