Obama quiere legalizar por decreto a más de once millones de inmigrantes ilegales y los republicanos amenazan con vetar “otros temas” si hay “amnistía”.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, está ultimando los detalles para cumplir su promesa de resolver la situación de millones de inmigrantes sin papeles antes de fin de año, en respuesta a la inacción del Congreso para aprobar una reforma migratoria. Aunque todavía no se ha concretado el alcance de sus decretos, medios como The New York Times afirman que podrían beneficiar a cinco de los más de 11 millones de indocumentados que hay en el país.
De confirmarse la cifra, esta estaría por debajo de los hasta siete u ocho millones de indocumentados que activistas y legisladores como Raúl Grijalva y Keith Ellison, copresidentes del caucus (grupo) Progresista del Congreso, aseguran que Obama podría proteger de la deportación.
Pero sea cual sea su alcance, y a pesar de que cualquier medida sólo sería temporal, la oposición republicana ya se ha puesto en pie de guerra y ha advertido de que una acción presidencial podría significar el enfrentamiento total con el Congreso que ahora domina la derecha. Numerosos republicanos han prometido luchar con todos los recursos legales a su alcance contra lo que consideran una “amnistía” hacia los indocumentados.
En el tema migratorio Obama “está jugando con fuego, y cuando uno juega con fuego, puede quemarse”, advirtió este jueves el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, durante una reunión a puerta cerrada del Partido Republicano en el Capitolio, según el diario Politico. “La semana pasada se lo dije al presidente a la cara: ‘Si usted procede y ordena por decreto una amnistía, no sólo puede irse despidiendo de lograr una reforma migratoria durante su presidencia, también pondrá en juego otros temas”, reveló Boehner.
Entre esos “otros temas” que podrían verse afectados figuran desde las negociaciones presupuestarias a la confirmación de puestos clave del Gabinete de Obama como el nombramiento de Loretta Lynch como próxima fiscal general del país.
Según la Casa Blanca, el presidente todavía no ha acabado de definir el alcance de sus medidas. “En estos momentos, el presidente no ha tomado una decisión final sobre qué incluirán exactamente los pasos administrativos que va a tomar para intentar atender algunos de los problemas asociados con nuestro quebrado sistema migratorio”, dijo su portavoz, Josh Earnest.
Tampoco está clara la fecha, aunque según los medios nacionales podría ser incluso la semana próxima. Earnest se limitó a decir que Obama recibirá las “recomendaciones finales” de su secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, “relativamente pronto, pero no antes de que acabe su viaje a Asia” y Australia, este domingo.