Redacción – El microcentro fue un verdadero caos durante toda la mañana de este jueves. A los cortes programados por obras se sumaron los realizados por las cooperativas. ¿Se pudo evitar?.
Es bueno ver las máquinas del EMVIAL trabajando sobre la destruida capa asfáltica. Esos trabajos, reclamados por los contribuyentes durante mucho tiempo, podrán no ser suficientes para resolver la cuestión de fondo pero al menos sirven como paliativo para una situación caótica como es la de transitar hoy por la ciudad sin dejar un pedazo de automóvil como «donación gratuita y desinteresada».
Pero mucho más habitual que el recapado asfáltico o cualquier obra de ese tipo ha sido en los últimos años ver a las puertas del municipio manifestaciones -casi siempre escuálidas en cantidad de participantes- que cortan la calle Yrigoyen en su intersección con Luro y se dedican por horas a protestar, jugar al fútbol o acaso dormir una siesta reparadora en las propias barbas del poder.
Frente a la previsibilidad de una actividad que ya es parte del paisaje urbano surge la pregunta inevitable: ¿no se le cae una sola idea al poder político para evitar, en la medida de lo posible, que la vida de los marplatenses se convierta en un infierno?.
Todavía no lograron darse cuenta que con solo cambiar de sentido al tráfico la calle Mitre entre San Martín y Luro durante el tiempo en el que dure la protesta se lograría un rápido desahogo de los vehículos que vienen por Yrigoyen desde el sur.
Eso solo estaría evitando saturar Rivadavia y las calles que la cortan hasta Avda. Independencia. Pero de no ser posible algo que tal vez sea muy complicado – poner un agente de tránsito en cada esquina (en total…dos) podrían al menos estar atentos y ordenar el levantamiento de los trabajos de EMVIAL durante ese lapso para permitir la apertura de las calles que hoy a la mañana se habían convertido en una verdadera trampera para centenares de autos que no tenían para donde disparar.
Ideas sencillas, gratis, pasajeras…pero que le mejorarían la calidad de vida a la gente.
Si esto estuviese en el interés de nuestros gobernantes; pero ese es otro tema.
