Capricho del gobierno: negar la realidad y esperar que se corrija sola

RedacciónEl ministro Martín Guzmán habló en el Coloquio de Idea e insistió con la posición que en el mismo foro adoptó el presidente: negar lo evidente y echar así más leña al fuego.

Deberíamos comenzar recordando algo que suele ser motivo de confusión en la Argentina: la economía no es voluntarista, las políticas económicas pueden serlo. O para ejemplificarlo de la mejor forma posible, 2+2 siempre será 4 pero desde una política activa, en la que por ejemplo le devolviese a quien construye la ecuación un 50% del capital invertido, podría lograr que para él 2+2 termine resultando…2.

Pero en algún momento esos 2 que convierto en reintegro deberán aparecer en el escenario ya que la economía no tiene efecto evaporativo. Si alguien los puso, alguien los usó y alguien los contabilizó es imposible que desaparezcan por arte de magia…o de voluntarismo.

Esto es lo que nunca pudo entender el político argentino -eternamente mal preparado, ajeno a la realidad productiva y acostumbrado a pasar por caja a fin de mes y tener asegurado el salario aunque la empresa que lo conchaba (el estado) esté fundida y dando pérdidas- siempre tentado a creer que las distorsiones de la economía podían ser dejadas a un costado del camino, barajar y dar de nuevo.

La inflación, que pagábamos todos, y la emisión, que lo sacaba de apuros cuando el puchero no alcanzaba, fueron sus aliados permanentes en eso de esconder la realidad. Y la Argentina, avergonzada ante el mundo y con su tejido social destruido, la víctima propiciatoria.

Y vaya si cabe lo de «propiciatoria»…¿ cuántas veces los argentinos hemos votado, una y otra vez, a los mismos que habiendo pasado antes por la función pública destruyeron y esquilmaron al país para volver a postularse como si nada hubiese pasado?.

Hace pocos días Alberto Fernández inauguró el Coloquio de Idea y lo hizo con un mensaje que pretendió mostrarlo como un luchador contra la grieta pero sin un sola señal cerca de lo que su gobierno piensa hacer para frenar la crisis en proceso y poner la economía en marcha (Ver: Un discurso con guiños y menos señales de las esperadas.). El desencanto de los empresarios presentes pudo palparse en sus caras y en los comentarios que subieron a las redes habilitadas por los organizadores del encuentro.

Ahora es el ministro Martín Guzmán quien vuelve a desencantar con un discurso ajeno a la realidad. El titular de Economía ratificó hoy que no habrá devaluación en la Argentina y consideró que «la situación del dólar oficial es distinta a la del paralelo, tanto en el blue como el liqui».

 «Esos tipos de cambio hoy están en valores que no representan la realidad argentina, que no es un país de ingresos bajos, sino de medios», se atrevió a afirmar, pretendiendo ignorar que desde hace muchas décadas en el país los precios se fijan por la cotización de un solo tipo de dólar: el que la gente puede comprar libremente. Y ese hoy cotiza por encima de los $170.
Las martingalas oficiales para acerca el devaluado precio del oficial a la realidad -Impuesto País, Aporte Solidario, etc.- no parecen ser otra cosa que un maquillaje insuficiente para el ajado y arrugado rostro de una economía que no da para más y se acerca al punto de estallido.
¿Importa que el gobierno siga insistiendo con que no va a devaluar cuando ese mismo «pequeño mercado» al que considera insustancial arrastra cada día decenas de millones de dólares de las escuálidas reservas del BCRA?.
¿No fija precios?, entonces…¿¿porqué en un momento de bajo consumo y recesión el propio INDEC reconoce un crecimiento del 3% de la inflación en el mes de setiembre?.
¿Es insustancial la importancia del blue en el mercado?…¿y porque el Central tiene que salir a elevar la tasa testigo, haciendo aún más inaccesible el crédito para todos los argentinos, tratando de desalentar el ahorro en la moneda norteamericana?.
Dicen que una enfermedad solo puede curarse cuando antes ha tenido un diagnóstico adecuado. Quien insiste en negarla, medicarse y buscar una solución suele terminar entre las cuatro paredes de un cajón.
Y a veces pareciera que el gobierno insiste en este viejo error y busca un final similar al de todos sus antecesores que pretendieron que con solo ignorarla la realidad se retira. En vez de tomar las medidas necesarias para corregirla.
Claro que para hacerlo…hay que saber hacia donde se marcha y quien lleva el timón.
Pero esa es otra historia…