Por José Luis Ponsico (*) – La vida de Carlos Tévez, como la mayoría de los ídolos, se compone de la gloria deportiva y las «manchas» que aparecen fuera de la cancha. Debate en el «Mundo Boca».
La vida de Carlos Tévez, como la mayoría de los ídolos, se compone de la gloria deportiva, a veces solamente del pasado reciente -el caso del popular «Apache»- y las «manchas» que aparecen fuera del campo de juego. La semana última trajo una novedad: Carlitos le pegó en una entrevista periodística a Guillermo Barros Schelotto,otro ídolo del pasado «xeneize»
Antes, sorpresivamente Tévez en contexto absolutamente fuera «de actualidad» en una nota exclusiva del enviado de «TyC» a una gira de la selección nacional, comienzo del fracaso del ciclo de Jorge Sampaoli, el plantel viajó a Singapur. El colega visitó Shangai donde Tévez pasó el año 2017 sin pena y sin gloria, para que «el Apache» criticara -nada menos- a Juan Román Riquelme, también ídolo de Boca
Cayó mal en el universo «xeneize». Aquella vez, Carlitos le dijo al periodista extrañamente viajando de Singapur a Shangai- «Fuera de la cancha Román (por Riquelme) deja mucho que desear» ¿ ?. Se refería a los hechos de junio/julio de 2012, cuando Riquelme renunció a Boca y dejó a sus compañeros «huérfanos» antes de la segunda final contra Corinthians. Su enfrentamiento con Julio César Falcioni, aquella vez, pudo más. Boca perdió
Curiosamente, algo que hizo (hace) ahora el «Apache» con Guillermo Barros Schelotto que no lo puso de titular contra River en la super final disputada el 9 de diciembre en Madrid, ni lo tuvo en cuenta «de entrada» en varios otros partidos decisivos. Encima, Carlitos -de rebote- se la puso a Mauro Zárate: «El Mellizo lo trajo para que fuera mí reemplazante», dijo
Si algo faltaba a «la novela» en plena euforia contra San Martín de San Juan, jugada hilvanada por Boca desde abajo, gran pase de Mauro Zárate a Cristiàn Pavón, una definición del veloz ex Talleres de Córdoba, a al carrera,como en sus mejores momentos. Y Pavón que en vez de ir a abrazar a Zárate, puso la pelota al claro, corrió 20 metros al banco, para hacerlo con Tévez
En el medio, algo que trascendió hace varios meses: Guillermo quería la vuelta de Ricardo Centurión, no la de Tévez. Por eso pidió a Mauro Zárate, cuyo pase entre «gallos y medianoche» puso en pié «de guerra» al universo de Vélez Sarsfield. En el club de la «V» no perdonaron «la infidelidad» del delantero habilidoso que volvió de Europa, diciendo que sólo jugarìa en la «V»
Entre los años 2015 y 2016 Tévez tuvo dos «manchas» grandes como futbolista: un «planchazo» suyo puso fin, virtualmente, la vida deportiva del juvenil Ezequiel Ham, mediocampista de Argentinos Jrs. En La Paternal. Néstor Gorosito calificó de «mala leche». Carlos Tévez visitó al pibe en la clínica donde lo operaron de una doble fractura, tibia y peroné. Luego, dos años sin jugar.
Seis meses más, choque con poca fortuna, en «La Bombonera» al arquero de Ñuls, Ezequiel Unsaín. Un «terrible» rodillazo en la cara, quedando en el piso semi inconsciente. Padeció fractura, maxilar inferior. Boca ganaba 3 a 0. El mundo Ñuls sostuvo «el choque Tévez lo pudo haberlo evitado». Curiosamente, el «1» nunca más recuperó el puesto en su club. Igual que Ham en el suyo.
Ahora, todo indica que Alfaro deberá «hacer Surf» entre las «olas» del propio vestuario. El cruce inevitable de Pavón, dejando «sin saludo» a Zárate, para abrazar a Tévez, es un «signo». Lleva al recuerdo de Gabriel Heinze,»colgado» por Alfio Basile, eliminatorias 09 para el Mundial de Sudáfrica. Argentina se puso 1 a 0 en Perú y parte del plantel corrió a abrazar al «Gringo», hoy DT. de Vélez, que estaba sentado entre los suplentes. Lo mismo que Tévez, en San Juan.
Lo que ahora no puede resolver el «Apache» Tévez, con 35 años, es ser «menos» que Mauro Zárate, estilo similar -esto es, habilidad corta y desequilibrio en «tres cuartos»- al que el «Apache» tenía en el fútbol inglés. Cuando mantuvo duro conflicto con Roberto Mancini, entrenador del Manchester City, siendo que el delantero e ídolo «xeneize», fanatizaba a los hinchas del equipo que hoy dirige Josep «el Pep» Guardiola. Estuvo suspendido y luego transferido.
«Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio», Joan Manoel Serrat, Barcelona, 1971,cuando el gobierno del Generalísimo Francisco Franco lo prohibió por cantar en idioma catalán al tiempo, que concurría a festivales internacionales de la canción por España. Su primer exilio, México, con dos visitas a la Argentina inolvidables.
(*) Columnista de La Señal Medios y Libre Expresión