Caso Nisman: el protagonismo de una pistola

La fiscal de la causa aclaró que el tiro que mató a Nisman fue realizado con el arma a 1 cm de su cabeza y que la bala extraída es de la pistola secuestrada.

Las versiones hablaban de  algo que en los corrillos de la fiscalía se comentaba  desde la misma noche del crimen ( si…el crimen) del fiscal Alberto Nisman.

La distancia del disparo -fijada entre 15 y 20 cm de distancia con la cabeza- era impensada para un intento de quitarse la vida por mano propia. Mucho menos con un arma de tan bajo calibre como es una pistola 22, ya que es sabido que uno de los últimos miedos del suicida es el de fallar en su intento y producirse un daño cerebral que lo deje incapacitado…y vivo.

Pero a esa duda se sumó en las últimas horas otra aún más seria: ¿es la Bersa 22 que se encuentra secuestrada en el expediente el arma que mató a Nisman?, ¿de su cañón salió la bala mortal?.

Ya la fiscal salió a aclarar que el arma estaba apoyada en el parietal de Nisman y que la bala se condice con la pistola que fue secuestrada en el lugar, alrededor de la que se ha tejido toda una historia que involucra a su propietario, el misterioso Sr. Lagomarsino.

El lunes, con la publicación de las pericias sobre el arma podría comenzar a develarse todo misterio. Y sobre todo terminar de definir que puño sostenía el instrumento de muerte y que dedo apretó ese gatillo.

Y tal vez todos nos sorprendamos aún más, si ello fuese posible en este oscuro caso.