Internas judiciales, un gobierno que trata de embarrar la cancha, una sociedad descreída y la lentitud errática de la investigación llevan el caso a un callejón sin salida.
Mientras se espera la declaración del ex jefe de operaciones de la Secretaría de Inteligencia, Antonio ‘Jaime’ Stiuso, para esta semana, la fiscal Viviana Fein informó que se registraron “reiteradas” llamadas entre el espía y el fiscal especial del caso AMIA. Sin embargo, no reveló el contenido de las mismas. En tanto, a casi 1 mes de la muerte de Nisman el análisis toxicológico estaría terminado pero recién será informado la semana que viene. En Salta tardarían 3 días los resultados del nuevo barrido electrónico.
La jueza Fabiana Palmaghini reveló esta mañana el descubrimiento de un perfil genético distinto al de Alberto Nisman en su departamento e instruyó a la fiscal Viviana Fein para que cite a una persona que visitó al fiscal a fin de que se realice una prueba de ADN. No trascendió la identidad de esa persona. Se especulaba que podía tratarse de del ex empleado de la UFI-AMIA, Diego Lagomarsino o de uno de los custodios de Nisman.
Todo es una nebulosa, la sensación es de marchas y contramarchas permanentes y en la medida en que se acerca la marcha del día 18 los involucrados -desde adentro y desde afuera de la investigación- apuran y reinterpretan los acontecimientos, con la torpeza informativa como telón de fondo, de manera tal que la verdad parece alejarse cada día.
La sensación generalizada es que la muerte del fiscal Nisman quedará por siempre tan plagada de dudas como ocurriera en la Argentina con tantos casos policiales irresueltos.