Central le dijo adiós al sueño de Copa Argentina de River

Tras igualar sin goles en los 90, le ganó 5-4 en la definición y espera por el vencedor del duelo entre Argentinos-Estudiantes de Buenos Aires

Se empieza a acabar la nafta del tanque de esa máquina perfecta que fue el River de Marcelo Gallardo en la primera parte del Campeonato de Primera División. Sabe el Muñeco que el calendario apremia y que el plantel es corto. Solo cosechó empates en las últimas tres fechas ante Arsenal, Lanús y Boca. Encima jugó contra sus rivales y campos de juego inundados por la lluvia. En San Juan, ante Central, por los cuartos de final de la Copa Argentina, Gallardo apostó por los pibes.

Equipo muletto de River en el Estadio del Bicentenario. El título de Copa Argentina seduce a River, pero no tanto como la Sudamericana (enfrentará a Libertad de Paraguay por los octavos de final) y el torneo local (está invicto y es el único líder). Es que ser campeón de Copa Argentina otorga un lugar en la Libertadores 2015 que River ya tiene por haber ganado el último Torneo Final. Entonces en el orden de prioridades, la Copa Argentina llega tercera -o última- y es una buena oportunidad para darle rodaje a los pibes.

Julio Chiarini; Augusto Solari, Alexis Mammana, Germán Pezzella, Bruno Urribarri; Carlos Sánchez (el único «titular»), Guido Rodríguez, Osmar Ferreyra; Tomás Martínez; Giovanni Simeone y Sebastián Driussi fueron los once elegidos por Gallardo para eliminar al Central de Miguel Angel Russo.

La realidad de Central es diferente: irregular en el torneo y eliminado de la Sudamericana, la Copa Argentina pasó a ser el gran objetivo. Por eso el técnico puso lo mejor que tiene: Caranta; Ferrari, Berra, Acevedo, Delgado; Encina, Musto, Barrientos, Aguirre; Valencia y Abreu.

Pero a pesar de las diferencias entre un equipo y otro en experiencia y jerarquía, fueron los pibes de River los que dominaron en el primer tiempo. Con la idea que impuso Gallardo: presionar mucho, recuperar rápido y buscar el arco rival. Así, las dos más claras fueron para el Millonario: la primera de Gio Simeone (su padre, Diego Pablo, estuvo en la platea) que acertó al travesaño; la segunda de Driussi, sobre el cierre de la etapa inicial, pero Caranta le ahogó el grito a puro reflejo.