Comienza la cuenta regresiva hacia el 18F

A horas de la marcha reclamando justicia en la muerte de Alberto Nisman la puja entre los organizadores y el gobierno aumenta las expectativas de la gente.

«(…) Cristina sabe que ha mentido y que el memorando firmado con Irán sólo buscó encubrir a los acusados. Nada hay que probar. Merced a ese pacto, la evaluación de los hechos quedaría en manos de una comisión que funcionaría en la patria de los prófugos y en la que la mayoría de sus miembros debería contar con el acuerdo iraní», escribió Alberto Fernández, ex jefe de Gabinete de Ministros de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner, en el diario La Nación.

«¿Para que pactaron ambos gobiernos notificar a Interpol lo acordado, si no era para levantar los pedidos de captura librados?», se preguntó Fernández.

Aquí otra porción de su reflexión acerca de la inminente Marcha del Silencio, convocada para el miércoles 18F:

«(…) Pero Cristina se siente ajena a la disputa. Está segura de que la ley penal no caerá sobre ella porque perversamente hizo avalar su nefasta decisión con una ley nacional.

Irónicamente, senadores y diputados legitimaron con sus votos el encubrimiento de los presuntos asesinos. No es la primera vez que se actúa de ese modo. También encubrió la corrupción de su vicepresidente expropiando una empresa fabricante de moneda y logrando que los votos de diputados y senadores legitimaran el ocultamiento de pruebas.

Sólo un necio diría que el encubrimiento presidencial a los iraníes no está probado. La imputación que ahora se ventila apenas descubre cómo el Gobierno se embarra en pos de ese objetivo usando marginales de la política como sus mensajeros ante iraníes perseguidos.

Éstas son las cosas que todos debemos saber cuando en silencio marchemos. Porque nuestro silencio no calla lo que pensamos ni evidencia nuestra ignorancia. Sólo indica a la Presidenta que su inexplicable arrogancia nada explicó y que con ella no se desataron «golpes blandos», sino «reclamos muy duros».

Para entonces ya no habrá palabras. Sólo hablará el silencio. Como en la música, será el silencio el que erice la conciencia de quien traicionó el reclamo de justicia de los 85 muertos en el atentado contra la AMIA y el que deje al descubierto el encubrimiento intentado. Y será el silencio el que descubra la magnitud de la tragedia vivida.

La misma tragedia que Cristina sólo podrá negar hasta que el silencio la aturda.»

Acerca de cómo la Presidente de la Nación se desempeña en el llamado ‘caso Nisman’ es muy importante lo que escribió Sergio Crivelli en el diario La Prensa:

«La presidenta Cristina Fernández continúa cometiendo errores decisivos en su puja con el sector de la Justicia que no pudo subordinar. En esa batalla, dijo días atrás que estaba tocada, pero no hundida; debería revisar el barco porque ya tiene varios rumbos. Todas las semanas empeora su posición porque no entiende a su adversario, ni las circunstancias en las que se desarrolla la confrontación. Cree que puede amedrentarlo con presiones o acusaciones, como la de «desestabilizar la democracia» (Aníbal Fernández) o de «golpismo judicial activo» (Jorge Capitanich).

Las circunstancias son objetivamente adversas para el Gobierno. Está en retirada, sin información y con un análisis deficiente (por decir lo menos) del escenario por el que atraviesa. Por eso se contradice o niega hechos probados. (…)».

A su vez, el diario Clarín arrojó nuevas dudas acerca de la posibilidad de que Nisman se suicidara:

«Mientras la discusión mediática pasa por la marcha de pasado mañana, en homenaje al fallecido fiscal Alberto Nisman, la causa penal, ya a casi un mes de su muerte, sigue en un gran interrogante. La fiscal Viviana Fein sugirió pocas horas después del hallazgo de su cadáver, que podía tratarse de un suicidio. Sin embargo, fuentes judiciales que tuvieron acceso a las conclusiones de la autopsia dijeron a Clarín que la teoría del suicidio debería ser descartada.

Las fuentes consultadas señalaron como principal argumento para descartar un suicidio la trayectoria ascendente de la bala que ingresó a la cabeza de Nisman y que en definitiva provocó su muerte. Ese recorrido de la bala no coincidiría con los parámetros que se dan en los casos de suicidio, según explicaron.

Y termina con el más impactante de los datos:

“A nosotros nos avisaron a la medianoche. Qué pasó antes, no lo sé”, dijo una fuente judicial que participó del procedimiento.