El fisco requirió que se libren exhortos a Francia, España y Estados Unidos para engrosar la evidencia de las cuentas que se radicaron en el exterior sin registrar.
En el marco de la causa en la que se investigan 4040 cuentas no declaradas de argentinos en Suiza, la justicia requerirá en las próximas horas exhortos internacionales para que ese país, España, Francia y Estados Unidos aporten información relevante para aclarar cómo buena parte de las grandes fortunas de la Argentina fugaron divisas al exterior sin tributar impuestos a nivel local por esas operaciones.
El pedido se enmarca en la denuncia de la AFIP por evasión impositiva de clientes locales del banco HSBC, que habrían cometido el ilícito con una serie de plataformas ilegales montadas por esa entidad. Ayer, y por un procedimiento formal, el fisco ratificó la denuncia ante el Juzgado en lo Penal Económico Nº 3, a cargo de la doctora María Verónica Straccia. Y confirmó que el próximo lunes presentará en el tribunal las declaraciones juradas del resto de las 4040 cuentas denunciadas que fueron remitidas por la Dirección General de las Finanzas Públicas de Francia.
El pedido de exhortos que hará la justicia fue adelantado a Tiempo Argentino ayer, por fuentes tribunalicias, que proveyeron detalles de la denuncia. En primer lugar, y según la denuncia, se requieren datos a todos los bancos suizos, dado que «se desconoce si los únicos activos de esta nómina de sujetos (la lista de clientes argentinos) se encontraban exclusivamente en HSBC Private Bank de Suiza». Por esto, «se sugiere la remisión de exhorto internacional para que este y las demás entidades financieras helvéticas informen si aquellos registran cuentas y, en su caso, todos los datos de relevancia para la causa». Además, y con el objetivo de acreditar «los extremos vinculados con investigaciones realizadas en el extranjero, se solicita se dé diligencia al exhorto por vía diplomática correspondiente para obtener información» al Departamento de Justicia de Estados Unidos, el Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado de Estados Unidos, el Ministerio de Finanzas de Francia, la Corte de Casación Francesa, la Audiencia Nacional del Reino de España y a la Agencia Estatal de Administración Tributaria de España.
De acuerdo con los detalles de la denuncia que ya están en manos de la justicia, los exhortos aportarán datos de la «plataforma facilitadora para la evasión», es decir, cómo el HSBC e intermediarios ayudaban a clientes a expatriar capitales sin declarar. A los fines se utilizaba una red de apoderados, abogados, licenciados en economía y contadores, que pusieron a disposición una red de sociedades off shore radicadas en paraísos fiscales como Islas Caymán, Uruguay y Panamá. Con esto, se intentaba ocultar el verdadero titular de las cuentas con el objetivo de evadir impuestos. Por todo este esquema la denuncia se enmarca en asociación ilícita para evadir. En los detalles de la operatoria se ven algunos datos clave: por un lado, los directivos del banco operaban en distintos pisos del edificio de la calle Florida 229. La entidad tenía además documentos en los cuales los clientes hoy sospechados (Clarín y buena parte de sus directivos, Cablevisión, el ex Musimundo Natalio Garber, la empresa de laboratorios Roemmers, el rey de la soja Gustavo Grobocopatel, la empresa de grúas de Capital SEC, Fortabat, entre otros) les daba autorización a los gestores del banco en la Argentina para que intervengan en sus cuentas en la seccional de Ginebra de la entidad.
Hay varios casos llamativos por su impacto político y económico, como el del ex diputado de UNEN, Alfonso Prat-Gay, y su vínculo con la fortuna de la familia Fortabat. En la misma línea, fuentes judiciales prestaron datos con respecto a un albacea de la familia Rodríguez Larreta para sus cuentas en Suiza. Se trata de Alejandro Alberto Tawil, que manejaba cuentas de la familia, integrada por Juan Rodríguez Larreta, María Elisa Mitre de Rodríguez Larreta, Miguel Rodríguez Larreta, Juana y Felix, de la misma familia del actual jefe de Gabinete de Mauricio Macri. Este conjunto de personas tiene dos cuentas suizas por un valor que supera los U$S 3 millones. Pero eso no es todo: son representantes además de la sociedad Carousel Ventures Corp, radicada en las Islas Vírgenes. Esa cuenta asciende a más de U$S 7 millones. En todas sus declaraciones juradas, no están registrados esos montos.
Hay un paquete de cuentas en particular que será investigado y es sumamente abultado. Se trata de las manejadas por Miguel Gerardo Abadi, y que suman la friolera de U$S 1390 millones. En un pelotón de los que mayor dinero tendrían sin declarar en Suiza surgen los siguientes nombres, que no son a primera vista reconocidos: Norberto Estrada, con más de U$S 4 millones; Guillermo Leonhardt, casi U$S 10 millones; José Pedro Angulo, casi U$S 6 millones; Pilar Supervielle, con U$S 13 millones y medio; y Jorge Fleisman, con más de U$S 1 millón.
Cabe destacar que, con semejante caudal de información y más allá de los exhortos solicitados, es clave para cerrar esta historia que el Parlamento suizo apruebe el intercambio de información que firmaron Argentina y ese país. El mismo ya fue avalado por el Congreso Nacional, pero sin la firma de su par suizo no puede ponerse en práctica. Asimismo, es válido resaltar que buena parte de la información que nutre esta causa partió de un intercambio de la AFIP con Francia pero, sobre todo, es producto de la «Lista Falciani». Hervé Falciani, nacido en Mónaco, era ingeniero de Sistemas en el HSBC de Ginebra. Luego de cometer varios ilícitos con información privilegiada, terminó yendo preso y, con posterioridad, colaborando con la justicia de diferentes países que buscaban recuperar el dinero evadido en impuestos impagos por dólares fugados. A mediados de este año, y con intermediación del gobierno galo, Falciani otorgó a la AFIP el listado con las 4040 cuentas de argentinos, que terminaron generando la denuncia del fisco contra buena parte de las fortunas de Argentina. El año 2006 aparece vinculado a casi toda la información referida, ya que ese fue el período de datos del banco que fueron sustraídos por Falciani de los sistemas del HSBC.
La denuncia que está en manos de la jueza Straccia especifica además cómo estos clientes del banco utilizaban paraísos fiscales para preservar los fondos de la mirada del fisco. Por caso, hay una cuenta bajo denominación Beardsley Enterprises LTD que está radicada en Islas Caymán y cuyo saldo a diciembre de 2006 ascendía a más de U$S 2 millones. El administrador de esa cuenta es Miguel Ángel Bechech, quien a su vez también tiene una cuenta en el HSBC de Argentina. Por otra parte, la clienta Margarita Toufenedjian era titular de una cuenta por más de U$S 5 millones.
Otro de los contribuyentes argentinos, Antonio Buratovich, aparece como representante legal de las sociedades extranjeras Dussel Holdings Limited y Hill Investments, la primera radicada en Islas Vírgenes y la segunda en Caymán. El monto entre ambas supera los U$S 5 millones. En esta línea, surge otro nombre, el de la Sociedad Murphy and Frank Corp, también en Islas Vírgenes. ¿El monto? Más de U$S 80 millones.
El argentino Sergio Tonconogy es otro de los que ostentaban cuentas off shore, en este caso en Bahamas, por un valor superior a los U$S 12 millones. Otros de los paraísos fiscales utilizados fueron Uruguay, otras islas del Caribe, y hasta ciudades de España. El caso de Uruguay, cabe aclarar, es diferente: en el año 2006, el país vecino estaba dentro del pelotón de países considerados de baja o nula tributación en el Impuesto a las Ganancias, en línea con los listados de las sociedades anónimas financieras.
Por todas estas razones es prácticamente imposible cuantificar cuál es total en dinero de los delitos cometidos. Pero es claro que la base de la evasión es extremadamente elevada.
El jueves, en el momento del anuncio público de la denuncia, el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, hizo referencia a varios casos resonantes como el de Clarín, Multicanal y políticos nacionales. Con posterioridad, se conoció un caso muy curioso de cuentas en Suiza sin declarar: el de la Asociación Civil de Esclerosis Múltiple, una sociedad presuntamente sin fines de lucro. Sin embargo, el organismo es titular de una cuenta que al año 2006 tenía cerca de U$S 1 millón.
La evasión por fuga de divisas es un delito bastante común entre las cuentas de altos ingresos de la Argentina y el mundo.
Legalmente, es posible exteriorizar ganancias siempre y cuando se tributen impuestos a nivel local. En el caso de la causa HSBC que vincula a las fortunas nacionales, la Unidad de Información Financiera y la Procelac ya empezaron a investigar, en paralelo, la posibilidad de que además de evasión, haya lavado de activos en estas operaciones. Los indicios son relevantes: cada cuenta no registrada en el exterior genera intereses, es decir, «blanquea» el dinero. Bajo esa premisa, ya habría certezas de este otro delito.