Corredores gastronómicos: ¿una respuesta tardía e insuficiente?

Por Adrián FreijoEl intendente promulgó la ordenanza que los autoriza, así como la que permite la colocación de decks. ¿Solución o tan solo una aspirina para una solución terminal?.

El Departamento Ejecutivo promulgó las ordenanzas para la creación de corredores gastronómicos en Mar del Plata y para permitir la colocación de decks fuera de los locales. Ahora deberá conocerse la reglamentación de las normas para saber como podrá brindarse el servicio y para que cada comerciante del sector sepa cual es la superficie que podrá aprovechar y que incidencia puede tener la cantidad de mesas a ubicar en lo que será la ecuación a resolver: ¿justifica la apertura?, ¿cubre la potencialidad de esta nueva forma los costos que genera la explotación?.

Las normas de carácter general suelen no tener en cuenta las cuestiones particulares. No todos los establecimientos gastronómicos tienen la misma potencialidad y sobre todo no se encuentran ubicados en zonas de similar circulación y atractivas para el consumidor. ¿Qué pasará con los cientos de pequeños establecimientos que se encuentran diseminados en los barrios de la ciudad?, ¿y con aquellos ubicados a la vera de rutas y avenidas en las que el tránsito vehicular hace imposible pensar en mesas y sillas en las veredas o en la calle?.

Hace pocos meses, cuando este tiempo digno de olvido recién comenzaba a transitarse, se anunció con bombos y platillos la modalidad «take away» como una panacea ante el cierre de los comercios. Apenas si sirvió para afrontar algunos gastos menores y fue siendo dejada de lado por gran parte de quienes se habían aferrado a ella…

Esta nueva modalidad -que insistimos es inaplicable para el conjunto- supone una esperanza que ojalá se plasme en una realidad que permita salvar la mayor cantidad de establecimientos y puestos de trabajo. Todo lo que pueda servir para paliar esta crisis y moderar el precio de la pandemia es bienvenido y muestra la preocupación de las autoridades por acercar soluciones.

Pero es claro que aquel proyecto que en su momento presentó Acción Marplatense y que hablaba de la posibilidad de extender la cantidad de mesas en las veredas cuando el empresario contase con la anuencia de los vecinos significaba un complemento superador a lo que fija esta ordenanza. Y estaba dirigido especialmente a aquellos que no se encuentran ubicados en las zonas de mayor tránsito de paseantes y por lo tanto de mayor demanda.

Como tantas otras veces, las miserias políticas lo dejaron en el camino…

Habrá que esperar la reglamentación y comenzar a caminar el camino propuesto para saber si sirve de algo o estamos ante otra ilusión impracticable. De cualquier forma, el solo hecho de escuchar a los afectados merece tomarse como positivo.

La sensación que se recoge en la calle parece indicar que en muchos casos los comerciantes del rubro gastronómico tienen decidido imitar a los bares y confiterías y abrir las puertas de sus locales para, protocolos mediante, atender en sus salones interiores. «No podemos más, si nos quieren clausurar que vengan. ¿Qué diferencia hay entre que nos cierre el municipio o la realidad» sostienen entre desesperados y desafiantes.

Para ello la ordenanza es tardía, insuficiente y de escaso aporte. El tiempo dirá si, por enésima vez, el estado llegó mal y tarde a la cita.