EL FALLO ES SÓLO UNA PAUSA EN EL CAMINO HACIA LA VERDAD

Nada puede sorprender de la decisión de la Cámara en el sentido de confirmar el fallo Rafecas desestimando la denuncia del fiscal Nisman. Era esperado y casi estaba escrito de antemano.

Los dos jueces que tenían que fallar a favor de Cristina lo hicieron; en tribunales todos saben que uno de ellos al menos, ha sido beneficiado por el gobierno de manera desembozada y es hoy partícipe de millonarios negocios regenteados por su propio hermano.

En todo caso ambos votantes por el rechazo son parte de una justicia a la que no se puede llamar «kirchnerista». Desde hace muchos son oficialistas del poder de turno y lo seguirán siendo si quien asuma en diciembre no viene con la decisión de terminar con este tipo de bochornos en el Poder Judicial.

Justo es decir también que el voto del Dr. Fara no sorprende, ya que a lo largo del último tiempo ha mostrado una posición que roza con lo beligerante cuando causas que involucran a funcionarios de este gobierno llegan a sus manos.

Y ese toque de parcialidad tampoco es bueno, aunque en este caso represente el pensamiento del 70% de los argentinos, convencidos como estamos de que la denuncia de Nisman debió al menos investigarse.

¿Dónde está entonces el punto de inflexión?. Claramente en la actitud que la sociedad debe asumir ante la noticia.

Todos escuchamos las conversaciones entre D’Elía y Khalil y no necesitamos que nadie nos explique de lo que ahí se trataba. Porque si ello hubiese hecho falta al principio, luego caería de maduro cuando tuvimos acceso a las que involucraban a este último con jerarcas del gobierno iraní y representantes diplomáticos de ese país en la Argentina.

Y como si todo eso fuese poco, las confesiones de tres ex ministros del gabinete de Hugo Chávez que terminan por poner en evidencia el círculo de terrorismo y negocios que tenían como eje a nuestro país, a Venezuela y al propio Irán -y que hoy suponen un verdadero escándalo internacional- no dejan duda acerca de la necesidad de que esta causa fuese abierta a investigación.

Pero a no desesperar. Recordemos que el atentado a la sede de la AMIA ha sido reputado como crimen de lesa humanidad y por lo tanto imprescriptible.

Poco tiene entonces que disfrutar Cristina y sus cómplices en esta maniobra que se pretende dejar impune. No importa cuanto tiempo pase, cuantos turnos democráticos tengan que transcurrir o cuanta maniobra pueda hacerse desde el poder, no dude usted que llegará el día en que un gobierno honesto desempolve este expediente, investigue cada uno de los indicios y pruebas que por centenares en él se encuentran y ponga en evidencia una maniobra que sólo tiene de increíble la miserabilidad de sus ejecutores.

Porque todo lo demás lo escuchamos con nuestros propios oídos y no hay nada más sólido que la memoria de la gente.

Y usted, querido lector, llegará a verlo.