CRISTINA: LA MUJER QUE NO REGISTRA A SUS PARES

Una reorganización de gabinete que no solo lo vacía de mujeres sino que entroniza en cargos de relevancia a hombres cuyo pensamiento no está en línea con la paridad de género.

 

Se puede estar o no de acuerdo con las formas que se imponen al debate acerca de la igualdad de género. Como siempre ha ocurrido en la historia de la humanidad el protagonismo militante, a veces teñido de intemperancia y fanatismo, hace que muchos de los emergentes de uno y otro lado no logren otra cosa que desviar los temas de su propio eje y terminar por lanzarlos en el agujero de la grieta eterna que parece ser el escenario preferido de los argentinos.

Pero nadie puede negar dos cuestiones centrales: a esta altura de la humanidad es absurdo y contra natura seguir discutiendo si la mujer se ha ganado por derecho propio el poder plantarse en igualdad de condiciones con el hombre y, sobre todas las cosas, la conveniencia para el equilibrio universal de completar el esfuerzo creativo, ejecutivo y de ejercicio de las responsabilidades.

El mundo va dejando atrás ese debate y, salvo sociedades atrasadas y fundamentalistas en las que la mujer es sometida a leyes incompatibles con la razón misma, el avance del ejercicio de los derechos femeninos parece hoy imparable y seguramente no falta mucho para que la comunidad universal deje atrás esta cuestión y, como ocurrió con los derechos políticos, civiles y sociales, en unos años más la cuestión quede zanjada para siempre. No cabe otro final que no sea la igualdad plena entre hombres y mujeres.

Cristina Fernández de Kirchner nunca fue ni será feminista. Ella misma reconoció que su cambio frente a la ley de interrupción voluntaria del embarazo se debió a las inquietudes que le transmitió su hija Florencia y no a un análisis personal y profundo de la cuestión.

Pero además, si repasamos sus dos mandatos presidenciales, encontraremos que no fueron muchas las cuestiones de agenda que atendieron al tema de fondo y que no es fácil encontrar mujeres ocupando roles fundamentales en la administración y sus políticas. Más bien el mensaje feminista se colocaba en figuras ya desaparecidas -Eva Perón y Juana Azurduy son tal vez los ejemplos más notorios, ya que a la primera la puso en un billete y a la segunda en una controvertida estatua- que en protagonistas vitales que pudiesen mostrar con sus acciones el potencial de inteligencia y coraje que caracteriza al sexo femenino.

La actual ministra de la Mujer, Elizabeth Gómez Alcorta, tuvo cruces públicos con el designado jefe de gabinete Juan Manzur por sus públicas descalificaciones a la ley que autoriza el aborto. Y el tucumano fue propuesto públicamente por Cristina sin tener en cuenta la posición de la ministra y la incomodidad que para ella representará depender de aquel a quien denunció públicamente por cuestiones de género. La tan mentada sororidad, en este caso, hizo mutis por el foro…

No hace mucho, ante el escándalo desatado por la fiesta cumpleañera de Fabiola Yañez en Olivos, Aníbal Fernández, tal vez pretendiéndose progresista y poniendo en evidencia el peor de los machismos, se preguntó públicamente «¿qué va a hacer el marido, como en la Edad Media, 1.200 años atrás, llegar y cagarla a palos porque cometió un error de esas características?. Mal ejemplo y una mirada equivocada que en definitiva acompaña la primer reacción defensiva del presidente y que fue culpar a su mujer de todo lo ocurrido.

Dicen los analistas de las motivaciones electorales de una sociedad que muchos argentinos quisieron avisarle al gobierno que esperaban la misma atención a las cuestiones económicas, sociales, educativas y de seguridad que la que se había prestado a la agenda de los derechos de las minorías o a la cuestión de la paridad de género. Puede ser verdad…pero a ni ningún argentino de con dos dedos de frente se le cruza por la cabeza que estos temas deban ser dejados de lado y mucho menos esconderlos bajo la alfombra.

Algo que parece no haber tenido en cuenta la ex presidente cuando promueve en áreas tan sensibles y vinculadas a esta cuestión a algunos dinosaurios de la política argentina que no tienen a la mujer y sus derechos en el radar.

Raro en un mujer…