Un gabinete que evidencia la falta de ideas y personas

Por Adrián FreijoUn gabinete que parece salido del arcón de los (peores) recuerdos terminó por ser la salida a una crisis que puso sobre la mesa la falta de ideas y nombres en la política argentina.

 

Vamos a tener que armarnos de calma los argentinos. De otra forma podríamos sumergirnos en ese espiral de histeria que arrastró la vida institucional del país en los últimos tres días.

Si algo dejó en claro la crisis es que la política argentina carece de dos protagonistas fundamentales para poder desarrollarse: ideas y personas.

Una Cristina desequilibrada emocional y racionalmente, histérica frente a un resultado electoral que no define otra cosa que no sean humores y candidatos, patea el tablero institucional y deja en evidencia la fragilidad de un gobierno que ella misma armó. ¿No comprendió la presidente que la bala que atravesaba el corazón de Alberto Fernández terminaba incrustada en su propio pie?. Tal vez para hacerlo debió estar dotada de una serenidad que desconoce y una vocación democrática de la que carece, por lo que le resulta imposible entender que la sociedad envió un mensaje que no es destituyente sino de alerta.

Y en este no saber que hacer, en la convulsión que siempre da el miedo -más si viene como aliado de la soberbia- y en la necesidad de borrar las huellas del propio estropicio, la vicepresidente resolvió una vuelta a las fuentes que, con pomposo vocabulario, prefiere definir como una peronización del gobierno. Claro que con peronistas que sean, ante todo, fieles a su persona…

Figuras que no despiertan por cierto la confianza del espectro independiente de la sociedad argentina -algunos de ellos más bien espantan a aquellos a los que la lógica política indica que el Frente de Todos debe ir a buscar si no quiere repetir y aún profundizar la derrota de las PASO- se amontonan ahora en esa zona gris en que se ha convertido el gabinete nacional: ¿responden al presidente o a Cristina?, ¿quién es el jefe a reportar?, ¿dónde pararse ante una nueva crisis?.

Juan Manzur cuestionado por sus relaciones con laboratorios siempre beneficiados en las licitaciones oficiales es elegido como jefe de gabinete, Julián Dominguez se sentará en la misma mesa con Aníbal Fernández con quien intercambiaron munición gruesa cuando Cristina resolvió que el conocido como «La Morsa» fuese el candidato a gobernador en la provincia de Buenos Aires para terminar perdiendo frente a María Eugenia Vidal, el todoterreno Daniel Filmus, encabezará Ciencia y Tecnología tras la salida de Roberto Salvarezza. Sus nombres serían suficiente muestra de la carencia de nuevas figuras y cuadros preparados para sostener una acción de gobierno.

Pero los récords los bate el anterior «premier» Santiago Cafiero, desplazado al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, en una de las jugadas más absurdas del sainete oficialista. Más allá de una degradación que no se entiende -si no servís para coordinar las relaciones entre una docena de personas menos podrás hacerlo con las relaciones de Argentina con más de un centenar de naciones- no puede pasarse por alto un nuevo papelón de la estudiantina presidencial que deja a la Argentina muy mal parada: a la reunión de la CELAC en México, en la que Argentina debería asumir la presidencia Pro Tempore, fue enviado el canciller Felipe Solá pese a que ya se sabía que sería desplazado del gabinete en las próximas horas. El invitado principal, Alberto, falta a la cita y en su lugar envía a alguien que acaba de ser eyectado de su casa; difícil de comprender…

Todo muy desprolijo, todo muy mordido, pero suficientemente explícito para comprender la hondura de la crisis por la que atraviesa el peronismo y por lo tanto el país. La continuidad en el gabinete de figuras que encabezaron el levantamiento contra el presidente da cuenta del punto de debilidad al que ha llegado el hombre que representa el vértice de la institucionalidad argentina.

En la búsqueda de apoyos que lo sostengan Alberto Fernández viaja a La Rioja a reunirse con gobernadores. Y Cristina dispone que Wado de Pedro integre la comitiva y viaje junto al mandatario.

¿Cómo hace Alberto para hablar con tranquilidad con los convidados si tiene sentado a su lado a quien clavó el primer cuchillo en su espalda?.

Y así será todo de aquí en adelante. Sospechas, traiciones, trascendidos mal intencionados y un doble comando que amenaza con chocar la república. 

Los nombres viejos, gastados y desprestigiados que se asoman al nuevo esquema de poder pueden representar algo así adentro del peronismo y dar la imagen de una vuelta a las fuentes. Pero son solo nostalgia del fracaso al que durante una década pretendió convertirse en fiesta…

Por eso, repetimos, la sociedad tiene que estar tranquila y utilizar los medios que la democracia pone a su disposición para poner límites al delirio. Aunque a veces parezca que ya es tarde…